¿Cual es la diferencia que hace en una persona el Poder del Espíritu Santo?
¿Es tan necesario?
Veamos que podemos ver en la Palabra de Dios al respecto.
En el capítulo 5 de Lucas, tenemos el encuentro entre nuestro Señor Jesucristo y unos pescadores.
Entre ellos estaba Pedro, que por lo visto era quién estaba al mando… ya que el Señor le dijo a él que llevara las barcas a la parte más profunda y que pesquen allí.
Si Pedro estaba al mando de un grupo de pescadores, podemos deducir facilmente que no era un debilucho.
Por el contrario era un hombre que tomaba riesgos, hablaba cuando tenía que hablar y cuando no tenía que hablar… pero esto nos da cuenta de su osadía…
Al leer los evangelios, vemos que es Pedro quien en más de una oportunidad lleva la voz líder del grupo.
Es Pedro quién recibe la revelación de parte de Dios de quién era Jesús.
Es también Pedro quién le dice al Señor que se cuide y que no vaya a Jerusalem … y es entonces a Pedro quién el Señor le dice:
Mateo 16:23 /NTV
Jesús se dirigió a Pedro y le dijo:
—¡Aléjate de mí, Satanás! Representas una trampa peligrosa para mí. Ves las cosas solamente desde el punto de vista humano, no desde el punto de vista de Dios.
Es también Pedro quién se anima a caminar sobre las aguas.
Es Pedro quién junto a Juan y a Jacobo, formaron parte del grupo más cercano al Señor.
Estos 3, fueron con Jesús al monte de la Transfiguración… y fue Pedro quién le dijo al Señor que seria bueno quedarse a vivir allí, y por esto, de alguna manera vemos que recibió un llamado de atención del Padre quién dijo…:
Mateo 17:5 /NBLA
Mientras estaba aún hablando, una nube luminosa los cubrió; y una voz salió de la nube, diciendo: «Este es Mi Hijo amado en quien Yo estoy complacido; óiganlo a Él».
En la noche cuando Jesús fue traicionado y arrestado, fue Pedro quién le cortó una oreja al siervo del sumo sacerdote…
Juan 18:10 /NBLA
Entonces Simón Pedro, que tenía una espada, la sacó e hirió al siervo del sumo sacerdote, y le cortó la oreja derecha. El siervo se llamaba Malco.
Y fue Pedro, quién a pesar de todo lo que le había prometido al Señor, lo negó 3 veces, maldiciendo y negando que lo conocía.
¿Que podemos ver en Pedro?
En principio, vemos un pescador, osado, arrojado, que aparentemente no le tiene temor a nada, que tal vez habla hasta cuando no tiene que hablar, pero que también por su forma de ser, es utilizado por Dios para expresar verdades eternas, que sólo Dios le podía revelar.
Vemos un hombre de “armas tomar”… que no dudó en desenvainar la espada para defender a su Señor.
Podriamos decir que vemos un hombre que naturalmente tiene muchas cualidades que lo distinguen del resto y que lo podrían posicionar como un “líder nato”.
Pero también vemos que en determinados momentos, dió consejos que no tenía que dar…
Y que en el momento de mayor tensión espiritual, no pudo mantenerse en su posición y terminó maldiciendo y negando a su Maestro y Señor.
Al llegar a este punto de la vida de Pedro, podriamos decir que “fracasó”.
Su vida, sus planes, su proyecto, se vió totalmente frustrado.
Se vió tan derrotado y condenado que leemos en el capítulo 21 de Juan, que de alguna manera decidió volver a ser un pescador… dejando atrás el llamado del Señor…
¿No te has sentido así alguna vez?
Tan derrotado, fracasado, frustrado y condenado, que has llegado a pensar en dejar todo y volver atrás…
¿Que es lo que pasó con Pedro?
Aún después de estar tan cerca del Señor.
De experimentar milagros sorprendentes.
De ver con su propios ojos y tocar con sus propias manos, las maravillas que nuestro Señor realizó.
¿No fue suficiente estar con Jesús?
¿Es posible estar cerca del Señor y aún negarlo de la manera que Pedro lo hizo?
¿Y si la mayoría de lo que Pedro hizo estando con el Señor, fue producto de su forma de ser, de su entusiasmo, de su arrojo natural y en sus fuerzas y no en las del Espíritu del Señor?
¿Es posible escuchar directamente lo que Jesús quiere decirnos y aún así seguir en nuestras fuerzas?
Por lo que vemos hasta aquí en la vida de Pedro… Es posible. Es probable.
Pero que bueno que no todo quedó así, en la historia de Pedro.
Porque el Señor lo fue a buscar nuevamente.
Lo volvió a llamar y lo que se había quebrado volvió a restaurase.
Y luego, le dijo junto a los demás discípulos…
Lucas 24:48-50 /NTV
48 Ustedes son testigos de todas estas cosas.
49 »Ahora enviaré al Espíritu Santo, tal como prometió mi Padre; pero quédense aquí en la ciudad hasta que el Espíritu Santo venga y los llene con poder del cielo».
Y en el capítulo 2 de Hechos, luego de 10 días, vemos una nueva aparición en público de Pedro.
Pero este Pedro que toma la palabra delante de la multitud… ya no es el mismo Pedro que negó al Señor.
Aquí no sólo lo vemos siendo el líder que naturalmente siempre fue sino que en primer lugar vemos que ya no se levanta el sólo sino que lo hace “junto al resto de los 12”.
Por otro lado, vemos que realiza un discurso, o predicación, con tal revelación, relacionando los distintos pasajes del Antiguo Testamento, que parecía que en 10 días había realizado un Master en Teología.
Además, su palabra fue dada con tanta autoridad y unción del Espíritu de Dios, que los que recibieron su mensaje fueron tocados de tal manera que dijeron:
Hechos 2.37-42 /NBLA
37 Al oír esto, conmovidos profundamente, dijeron a Pedro y a los demás apóstoles: «Hermanos, ¿qué haremos?».
38 Entonces Pedro les dijo: «Arrepiéntanse y sean bautizados cada uno de ustedes en el nombre de Jesucristo para perdón de sus pecados, y recibirán el don del Espíritu Santo.
39 Porque la promesa es para ustedes y para sus hijos y para todos los que están lejos, para tantos como el Señor nuestro Dios llame».
40 Y Pedro, con muchas otras palabras testificaba solemnemente y les exhortaba diciendo: «Sean salvos de esta perversa generación».
41 Entonces los que habían recibido su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como 3,000 almas.
42 Y se dedicaban continuamente a las enseñanzas de los apóstoles, a la comunión, al partimiento del pan y a la oración.
¿Que pasó con Pedro?
¿Como pudo ser que cambió de esta manera?
De negar al Señor y dejarlo todo… a ser el líder espiritual que encabezó el nacimiento de la iglesia primitiva, llevando a los pies de Cristo a miles y miles de personas.
Pero además, cambiando de tal manera su carácter y forma de ser que, a pesar de ser arrestado, perseguido y amenazado de muerte, no volvió a negar al Señor ni a retroceder…
Lo que sucedió en la vida de Pedro está bosquejado en estos versículos…
Hechos 4.7-13 /NBLA
7 Poniendo a Pedro y a Juan en medio de ellos, les interrogaban: «¿Con qué poder, o en qué nombre, han hecho esto?».
8 Entonces Pedro, lleno del Espíritu Santo, les dijo: «Gobernantes y ancianos del pueblo, 9 si se nos está interrogando hoy por causa del beneficio hecho a un hombre enfermo, de qué manera este ha sido sanado, 10 sepan todos ustedes, y todo el pueblo de Israel, que en el nombre de Jesucristo el Nazareno, a quien ustedes crucificaron y a quien Dios resucitó de entre los muertos, por Él, este hombre se halla aquí sano delante de ustedes.
11 »Este Jesús es la piedra desechada por ustedes los constructores, pero que ha venido a ser la piedra angular. 12 En ningún otro hay salvación, porque no hay otro nombre bajo el cielo dado a los hombres, en el cual podamos ser salvos».
13 Al ver la confianza de Pedro y de Juan, y dándose cuenta de que eran hombres sin letras y sin preparación, se maravillaban, y reconocían que ellos habían estado con Jesús.
La vida de Pedro y obviamente la de los 119 restantes… cambió totalmente, cuando fueron bautizados en el Espíritu Santo.
Sólo Dios puede cambiar el carácter de una persona de la misma manera, que lo hizo con Pedro.
Sólo el Poder del Espíritu Santo puede hacer esto.
Ningún ser humano, ninguna ciencia humana, ningún poder humano puede trasnformar la vida del ser humano como lo hizo con Pedro y como lo ha hecho a traves de estos 2000 años después de la llegada del Espíritu del Señor a esta Tierra.
Podemos estar muy cerca del Señor…
- Podemos haber nacido de padres cristianos.
- Haber crecido con valores cristianos.
- Estar en las reuniones de la iglesia desde chicos.
- Haber escuchado infinidad de textos bíblicos, a tal punto de conocer muchos de ellos, sin saber como…
- Podemos aún haber entregado nuestra vida al Señor.
- Habernos bautizado y estar en algún servicio de la congregación…
Pero aún así, no vivir en el Poder del Espíritu Santo.
Y si esto es lo que sucede, lo que hacemos, sólo lo hacemos en nuestras fuerzas, según nuestras emociones y de acuerdo a preceptos y mandatos…
Pero esto indefectiblemente, es altamente probable nos lleve a vivir frustrados, en derrota, angustiados porque sabemos lo que hay que hacer pero no podemos.
Tratamos pero no llegamos.
Y no solo vivimos derrotados sino que ya empezamos a dudar.
Ya cuestionamos a la iglesia… sin darnos cuenta que al cuestionar a la iglesia estamos cuestionando al Señor de la iglesia.
Nuestra mirada ya está más enfocada en lo humano que en lo celestial.
Nuestros intereses cada vez más son sólo intereses del hoy, de nuestro bienestar, bañados de nuestro egoísmo… perdiendo de vista lo maravilloso del llamado de Dios.
Pero Amado hermano, este no era el Plan de Dios para tu vida.
El propósito de la muerte y la resurrección del Señor era lograr una victoria aplastante sobre nuestro enemigo y que esta victoria sea la base indestructible de nuestra vida victoriosa en el Señor.
El Plan de Dios, incluía la ascensión a los cielos del Señor y la venida del Espíritu Santo para que ya no sólo esté con nosotros sino que esté en nosotros y que cada uno de sus hijos se sumerja de tal manera en Él que se pierda, que quede totalmente abrazado por el Espíritu de Dios, trayendo libertad, gozo, paz, victoria, nueva vida, y que toda la herencia del Señor la disfrutemos desde ya en este mundo caído.
El único antídoto para esta enfermedad mortal que es el Pecado, es ser llenos del Espíritu Santo del Señor.
Gálatas 5.16 /NVI
«Así que les digo: Vivan por el Espíritu, y no seguirán los deseos de la naturaleza pecaminosa».
No perdamos más tiempo.
El Señor nos manda a vivir llenos de su Espíritu.
No es una opción válida para Dios que vivamos o le sigamos en nuestras fuerzas.
Efesios 5.18
Y no se emborrachen con vino, que es rebelión y libertinaje; al contrario, sean llenos continuamente del Espíritu Santo.
Pidamos al Señor que nos llene de su Espíritu cada día y a cada momento que lo necesitemos.
Aprovechemos el tiempo. No seamos necios. Los días son y cada vez serán más malos.
Y todo el Poder que resucitó al Señor está a nuestra disposición para cambiarnos y hacernos las personas que Dios pensó cuando nos creó.