Somos una comunidad de discípulos de Jesucristo, a quién reconocemos como nuestro Señor y Salvador. En el Poder de su Espíritu Santo, vivimos para alcanzar el Propósito eterno de Dios, que es tener una familia de muchos hijos semejantes a Jesús.
NUESTRA MISIÓN
Llevar el amor de Dios a las personas que nos rodean para que sean parte de su familia a través de nuestro servicio de amor en el poder del Espíritu Santo.
NUESTRA VISIÓN
Ser una comunidad de amor, donde las personas sean sanadas y transformadas por el poder del Espíritu Santo. Una iglesia contemporánea y relevante, mostrando como vive la familia de Dios, creciendo continuamente en Unidad, Calidad y Cantidad, experimentando el poder de Dios en lo cotidiano, hasta llegar a ser semejantes a Jesucristo.
CREEMOS QUE:
- Las Sagradas Escrituras fueron escritas por inspiración divina y que la Palabra de Dios es nuestra autoridad y su mensaje aplica a la vida diaria.
- Hay un solo Dios, creador de todo. Él existe en tres personas: Dios el Padre, Dios el Hijo y Dios el Espíritu Santo. Creemos en su amor y en su santidad.
- El pecado nos ha separado de Dios y de su propósito para nuestras vidas.
- Jesucristo, Dios y hombre, es el único que puede restaurar nuestra relación con Dios. Él vivió sin pecado, murió en la cruz por nosotros y resucitó para comprobar su victoria y darnos poder para enfrentar la vida.
- La salvación es un regalo de Dios. Somos salvos confesando con nuestra boca que Jesús es el Señor y creyendo en nuestro corazón que Dios lo levantó de la muerte.
- Somos salvos por gracia por medio de nuestra fe para buenas obras.
- El bautismo en agua no es sólo testimonio público sino también parte importante de la entrada al Reino de Jesucristo para ser sus discípulos. El bautismo es por inmersión en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
- Cuando nacemos de nuevo, el Espíritu Santo entra a vivir en nuestro corazón.
- El bautismo en el Espíritu Santo es una experiencia posterior a la conversión. Para ser bautizados en el Espíritu Santo tenemos que tener sed, pedirle al Señor que nos bautice, recibir y por la fe dejar que de nuestro interior broten ríos de agua viva.
- El arrepentimiento es un compromiso que hacemos de apartarnos del pecado, renovar nuestra mente y seguir a Jesús.
- La santificación es un proceso continuo de sometimiento a la Palabra de Dios y al Espíritu Santo hasta que Cristo sea formado en nosotros.
- Todos los dones del Espíritu Santo y ministerios que están descriptos en las Sagradas Escrituras siguen vigentes hasta la segunda venida de Jesucristo.
- Para poder vivir una vida de santidad y fruto como Dios quiere, necesitamos ser llenos del Espíritu Santo.
- Por la obra de Jesús podemos cumplir con el Propósito de Dios para nuestras vidas: Adorar a Dios, Ser parte de su Cuerpo, Tener el Carácter de Cristo y Servir a otros.
- La sanidad física es uno de los beneficios de la salvación, uno de los dones del Espíritu Santo y una de las señales milagrosas que acompañan a los que creemos.
- Nuestra liberación y nuestra victoria sobre el diablo, los demonios, las fortalezas mentales, las heridas del alma, los hábitos pecaminosos, las ataduras sexuales, el enojo, la depresión, el pecado, la muerte, la pobreza, las maldiciones… ya fue lograda por Jesús en la cruz, pero nosotros tenemos que apropiarnos de nuestra libertad por la fe, la sangre de Cristo y nuestra palabra de testimonio.
- Todos debemos cumplir con la gran comisión que Jesús nos dio de predicar el evangelio y hacer discípulos.
- Dios tiene un Propósito Eterno para el ser humano: “Tener una familia de muchos hijos semejantes a Jesucristo”.
- El cielo es para todos los que creen en Jesús, y el infierno es para todos los que lo rechazan.
- El Señor Jesús regresará tal como lo prometió, con gran Poder y Gloria a buscar a su Iglesia.