1 Timoteo 1.3-4 /NVI
3 Al partir para Macedonia, te encargué que permanecieras en Éfeso y les ordenaras a algunos supuestos maestros que dejen de enseñar doctrinas falsas 4 y de prestar atención a leyendas y genealogías interminables. Esas cosas provocan controversias en vez de llevar adelante la obra de Dios que es por la fe.
/NBLA
lo que da lugar a discusiones inútiles en vez de hacer avanzar el plan de Dios que es por fe, así te encargo ahora.
Pablo le está diciendo a su discípulo y amado hijo espiritual, Timoteo, que la obra de Dios o el plan de Dios se lleva adelante, se edifica o avanza… por la fe.
No avanza o se lleva adelante por medio de palabras, o discusiones teológicas…
El plan de Dios avanza por medio de la fe
Al hablar del Plan de Dios, podemos enfocarnos en el Gran Plan Universal de Dios, lo cual no está mal, pero hoy quisiera que podamos detenernos en el Plan de Dios para tu vida… y por su puesto para la mía…
Es que no hay Plan Universal de Dios, si no hay un Plan Individual y Personal de Dios, para cada ser humano…
Dios cambia vidas. Este es su propósito. Este es su Plan.
Luego, si muchas vidas son cambiadas… la sociedad cambiará…
Más de una vez hemos recordado y proclamado lo que Dios promete en:
Jeremías 29.11 /RVC
Sólo yo sé los planes que tengo para ustedes. Son planes para su bien, y no para su mal, para que tengan un futuro lleno de esperanza.”
Y obviamente esta palabra nos trae Paz y Esperanza…
Pero es bueno también recordar y no olvidar, que estos planes de Dios para cada una de nuestras vidas, sólo se realizarán… si vivimos creyendo en las Promesas de Dios.
Es imprescindible, vivir por fe.
Habacuc 2:4 /NBLA
»Así es el orgulloso:
En él, su alma no es recta,
Mas el justo por su fe vivirá.
Pablo le recordó esto mismo a Timoteo.
El Plan o la Obra de Dios, avanza por fe.
Dios quiere transformar nuestras vidas.
Dios quiere hacernos cada día más parecidos a su Hijo Jesús.
Dios quiere santificarnos.
Dios quiere hacernos victoriosos.
Dios quiere…
Pero sin fe, es imposible.
No sólo debemos creer en que Dios existe…
Es fundamental, creer en lo que Dios dice en su Palabra.
¿Queremos dejar atrás todo lo malo que hay en nosotros?
¿Queremos crecer y madurar espiritualmente?
¿Queremos vivir esa vida abundante que Jesús prometió?
¿Queremos dejar atrás la derrota y la frustración espiritual de ser vencidos por el pecado?
Entonces, si queremos que la obra de Dios avance en nuestras vidas… debemos vivir por fe.
Colosenses 2:6-7 /NBLA
6 Por tanto, de la manera que recibieron a Cristo Jesús el Señor, así vivan en Él; 7 firmemente arraigados y edificados en Él y confirmados en su fe, tal como fueron instruidos, rebosando de gratitud.
Pablo les dice a los hermanos Colosenses… que así como recibieron a Cristo como Señor, de la misma manera deben vivir.
¿Como lo recibieron? Por la fe.
Entonces, deben vivir por la fe.
“Arraigados y edificados en Cristo y confirmados en su fe”
Las raíces son quienes permiten nutrirse al árbol y también le dan firmesa…
El árbol crece de acuerdo a donde están afirmadas sus raíces.
Si el árbol recibe los nutrientes que las raíces absorben, entonces, crece, se desarrolla…
Si cada uno de nosotros nos nutrimos de la Palabra de Dios, si creemos en lo que Dios dice, si aplicamos fe a cada promesa y lo que Él dice de nosotros, entonces, nuestras vidas crecerán y nuestra fe se afirmará, crecerá y esto dará como consecuencia un ciclo virtuoso, un ciclo de vida, que hará que quiera cada día más buscar esos “nutrientes” espirituales para seguir creciendo y conociendo más y más a Dios.
Hace 2 domingos, meditábamos sobre la sociedad que nos rodea y el mundo que se viene… y lo difícil que se presentaba todo…
En el capítulo 4 de 2 Corintios, el apóstol Pablo les escribe a los hermanos describiendo el ministerio que Dios le había encomendado…
2 Corintios 4.7-12 /TPT
7 Somos como vasijas de barro comunes que llevan dentro este glorioso tesoro, para que este poder inconmensurable sea visto como de Dios, no nuestro.
8 Aunque experimentamos todo tipo de presiones, no somos aplastados. A veces no sabemos qué hacer, pero renunciar no es una opción.
9 Somos perseguidos por otros, pero Dios no nos ha abandonado. Podemos ser derribados, pero no eliminados.
10 Continuamente participamos de la muerte de Jesús en nuestros propios cuerpos para que la vida de resurrección de Jesús se manifieste a través de nuestra humanidad.
11 Consideramos que vivir significa que constantemente estar siendo entregados a la muerte por causa de Jesús para que la vida de Jesús se revele a través de nuestra humanidad.
12 Así pues, la muerte obra en nosotros, pero esto libera vida en ustedes.
En primer lugar, tal vez esperaríamos que Pablo describa su ministerio, con palabras que lo posicionen a él en un lugar de importancia…
Pero lo primero que dice es “nuestras vidas son lo menos importante“…
Somos “simples vasijas de barro”…
Nosotros no valemos nada por nosotros mismos…
Lo más valioso, glorioso y de un poder que es imposible medir es el tesoro que Dios nos ha dado… para darles…
Y luego comienza una larga oración, donde podemos ver por un lado lo que nuestros sentidos, nuestros ojos, nuestro cuerpo percibe… y por el otro lo que los ojos de la fe ven…
Y precisamente esto es lo que debemos aprender a ver… a percibir… y a declarar.
“Presionados por todos lados…” PERO “No aplastados”
“No sabemos que hacer…” PERO “No renunciamos”
“Perseguidos” PERO “Dios no nos abandonó”
“Derribados” PERO “No eliminados”
“Muriendo un poco cada día…” PERO “Es para que uds. Vivan…”
Si el apóstol Pablo hubiera “escuchado” sólo lo que su cuerpo y su alma decían, habría descripto su vida como una vida de derrota, de frustración, de muerte solamente…
Pero en cambio, a la realidad humana, le contrapuso la realidad y la verdad de Dios.
Frente a lo que sus ojos y sus sentimientos veían… declaró la verdad de Dios y sus promesas…
2 Corintios 4.13-14
13 Tenemos el mismo Espíritu de fe que se describe en las Escrituras cuando dice:
«Primero creí, luego hablé con fe».
Así que primero creemos y luego hablamos con fe.
14 Hacemos esto porque estamos convencidos de que el que resucitó a Jesús nos resucitará con él, y juntos todos seremos llevados a su presencia.
Lo que cambia nuestra vida es verla, es valorarla, es evaluarla y describirla con los ojos de la fe… y no con los nuestros…
Lo primero es CREER… pero no basta con esto… debemos también… HABLAR CON FE.
Debemos desafiarnos a vivir de esta manera.
Debemos vivir hablando, declarando, expresando la verdad de Dios sobre nuestras vidas.
Me podrás decir… “eso es ser un hipócrita”…
NO. Es vivir viendo y creyendo lo que Dios dice de mí.
Cuantas veces nos preguntan ¿Cómo estas? y como no queremos mentir… sólo decimos… “…tirando…”
Que es lo mismo que “…aguantando…”
“…Tirando para no aflojar… ”
Y más allá de que es sólo una expresión … es posible que denote algo más profundo…
Entonces… debemos comenzar a cambiar lo que decimos y lo que nos decimos…
Los psicólogos hace unos años han comenzado a decir:
“El Lenguaje crea Realidad. El Lenguaje nos permite articular realidades.”
Es decir… lo que se dice continuamente, va a cambiar y transformar lo que somos y también lo que vemos…
Y como deciamos cuando era chico… “Chocolate por la noticia…”
Dios, ya lo dijo hace más de 2000 años…
Las Sagradas Escrituras registran esta verdad.
2 Corintios 4.13
Tenemos el mismo Espíritu de fe que se describe en las Escrituras cuando dice:
«Primero creí, luego hablé con fe».
Así que primero creemos y luego hablamos con fe.
¿Como estas?
Y ahí, con luchas, con presiones en el trabajo…
Pero…
…Creo que Dios me dará la victoria…
…Creo que Dios está conmigo y no permitirá nada que no sea su voluntad…
…Creo que Dios se glorificará en mi vida…
Comencemos a agregar el “Pero” de Dios a lo que ven nuestros ojos…
Levantemos nuestra mirada a Dios, a su Palabra, a sus Propósitos…
2 Corintios 4.16-18
16 Así que no es de extrañar que no nos rindamos. Porque a pesar de que nuestra persona exterior se desgasta gradualmente, nuestro ser interior se renueva todos los días.
17 Vemos nuestros pequeños problemas de corta duración a la luz de la eternidad. Vemos nuestras dificultades como la sustancia que produce en nosotros un peso de gloria eterna, que es incomparable, 18 porque no centramos nuestra atención en lo que se ve, sino en lo que no se ve. Porque lo que se ve es temporal, pero el reino invisible es eterno.
Job 19:25-27 /RV60
25 Yo sé que mi Redentor vive, Y al fin se levantará sobre el polvo;
26 Y después de deshecha esta mi piel, En mi carne he de ver a Dios;
27 Al cual veré por mí mismo, Y mis ojos lo verán, y no otro, Aunque mi corazón desfallece dentro de mí.