Lo más importante

Siguiendo la línea de lo que venimos hablando los últimos domingos…

El tener claro  Quién SoyCuál es mi Propósito en la VidaCuál es mi destino final

También significa tener claro Qué es la Iglesia.

Porque así como cualquier parte de nuestro cuerpo tiene razón de ser, tiene vida y cumple su propósito, si y sólo sí está unido al resto del cuerpo, de la misma manera, cada uno de nosotros, tenemos nuestra razón de ser y cumplimos nuestro propósito, unidos al cuerpo de Cristo que es la Iglesia.

 

La Iglesia no es una empresa.

No es una mera organización empresarial humana.

Por el contrario, la Iglesia es un cuerpo espiritual vivo que tiene un propósito infinitamente más elevado que cualquier emprendimiento humano.

Es un Cuerpo Espiritual Vivo, porque es el Espíritu Santo de Dios, que vive en cada uno de los discípulos de Cristo, quién le da cohesión, unidad, sentido y por supuesto vida, a la Iglesia.

En cualquier empresa, el escalar posiciones para tener un cargo y por lo tanto una mejor remuneración, es normal y hasta bien visto por el dueño de la empresa, porque de alguna manera esto también le es útil a la empresa.

En cambio, la Iglesia no se trata de escalar posiciones para ver quien es el mejor o quien pueda tener un mejor cargo. 

Aquí, en la Iglesia, las personas son más importantes que los roles o “cargos”. 

Jesús lo expresó así:

Marcos 10:43-45 /NTV

43 Pero entre ustedes será diferente. El que quiera ser líder entre ustedes deberá ser sirviente, 44 y el que quiera ser el primero entre ustedes deberá ser esclavo de los demás. 45 Pues ni aun el Hijo del Hombre vino para que le sirvan, sino para servir a otros y para dar su vida en rescate por muchos».

Y remarco, es tan así, que las personas son más importantes que los cargos, que Cristo se despojó totalmente de sí mismo, es decir se vació de sí mismo, por amor a cada uno de nosotros y Pablo en Filipenses 2 nos exhorta a tener la misma actitud que tuvo el Señor, considerando a mi hermano como superior a mí mismo.

En la mayoría de las empresas, hoy se valora muchísimo la Productividad, y esto obviamente tiene su lógica, porque uno de los objetivos principales de una empresa, es ser Rentable, es decir, tener ganancias económicas.

En virtud de esto, es posible, que se dejen de lado otros valores, porque lo que se busca es que se produzca más en el menor tiempo posible.

En la Iglesia, lo más importante no es lo que hacemos, sino lo que somos.

La iglesia no es hacer más, sino ser más parecidos a Cristo.

No se trata de mayor cantidad de actividades, sino de mejor calidad de relaciones, profundas, firmes donde el Amor de Dios fluya con total libertad.

Hay una expresión en las Sagradas Escrituras que me llama mucho la atención. 

Está en 1 Juan 4

1 Juan 4.7a

Amados, amémonos unos a otros, porque el amor es de Dios.

Qué difícil es para muchos gastar de su propio bolsillo….

Pero que fácil es gastar las riquezas del otro…

Entre otras cosas, lo que yo entiendo de este pasaje, es que el Señor me está invitando a “gastar” sus riquezas no las mías.

Y esto es así… porque sencillamente, yo no tengo esa riqueza…

Yo no tengo Amor… 

Es decir… no tengo Amor que haya sido originado por mi corazón, en mi propio ser…

Si hay Amor, ese Amor es de Dios. No es mío.

Una vez más vemos y podemos comprobar la gran Misericordia, Gracia y Generosidad del Señor para con sus hijos, a los cuales, nos ha dado de su Herencia.

Herencia que incluye, su Gran e Infinito Amor.

La idea de este pasaje es que Dios derrama de su Amor en nosotros y lo único que nosotros tenemos que hacer es dejar que ese Amor en lugar de almacenarlo y acapararlo, lo dejemos fluir a los demás… alcanzando a otros con este maravilloso e incomparable Amor, que no tiene fin.

Cuando más Amor dejemos que fluya, más Amor de Dios vamos a experimentar.

Romanos 5:5 /NTV

Y esa esperanza no acabará en desilusión. Pues sabemos con cuánta ternura nos ama Dios, porque nos ha dado el Espíritu Santo para llenar nuestro corazón con su amor.

Cuando el Señor viene a vivir en nosotros, viene también el Padre y el Espíritu Santo.

Y con ellos, viene su Amor. Todo su Amor.

Permítanme decirlo así: «La misma ”cantidad” y la misma “calidad” de Amor que tuvo y tiene Cristo nuestro Señor por nosotros, es lo que ha sido derramado en nosotros».

Por esto, decíamos que en la Iglesia lo más importante son las personas, el otro, mi hermano.

Mucho más importante que cualquier cargo o función, actividad o proyecto.

Lo más importante es el Amor, el Amor de Dios y este Amor tiene dos objetivos: Primero Dios y luego el otro, el prójimo. 

Dios creo al ser humano para ser gregario, es decir para vivir en comunidad.

Y si Dios nos creo para vivir en comunidad, implícitamente nos creo para tener relaciones con otros seres humanos.

Y hablando de estas relaciones… las cuales son muchas y variadas… y que se pueden clasificar de muchas formas…

Pensaba… ¿cuál de estas relaciones es la más importante?

No creo equivocarme que si salimos a hacer una encuesta, obtendremos respuestas variadas, de acuerdo a la experiencia de cada uno de los encuestados.

Alguna madre podrá responder que la relación más importante es entre una madre y su hijo.

Otros muy enamorados, podrán responder, que su novio, su esposo es lo más importante…

Pero para Dios, ¿Cuál es la relación humana más importante?

Mateo 12:46-50 /NTV

46 Mientras Jesús hablaba a la multitud, su madre y sus hermanos estaban afuera y pedían hablar con él.

47 Alguien le dijo a Jesús: «Tu madre y tus hermanos están parados afuera y desean hablar contigo».

48 Jesús preguntó: «¿Quién es mi madre? ¿Quiénes son mis hermanos?».

49 Luego señaló a sus discípulos y dijo: «Miren, estos son mi madre y mis hermanos.

50 Pues todo el que hace la voluntad de mi Padre que está en el cielo es mi hermano y mi hermana y mi madre».

Aquí vemos al Señor, dejando en claro que para Él su familia terrenal no tenía preferencia por sobre su familia de la fe.

No estamos hablando de tener más amor o menos amor.

Porque Dios nos dice claramente que debemos amar a nuestro prójimo y todos los otros son nuestros prójimos, sean de nuestra familia terrenal o no.

Pero si hay algo que está claro es que hay una familia que perdurará por la eternidad y no es la familia terrenal.

La única relación humana que traspasará el “cielorraso” es la familia de la fe.

2 Corintios 5:16-17 /NTV

16 Así que de ahora en adelante no consideramos a nadie según criterios meramente humanos. Aunque antes conocimos a Cristo de esta manera, ya no lo conocemos así.

17 Por lo tanto, si alguno está en Cristo, es una nueva creación. ¡Lo viejo ha pasado, ha llegado ya lo nuevo!

Debemos tener claridad en esto.

Dios nos ha hecho nuevas criaturas.

Y como tales, ahora estamos en el Reino de Dios. Y en este Reino, como dice Pablo, ya no debemos considerar a los demás con los criterios que teníamos en el mundo. 

Ahora en Cristo, debemos considerar a los demás, como Cristo los considera.

A veces tenemos confusión en esto y consideramos que nuestras amistades o nuestras relaciones familiares son más importantes que las relaciones con los hermanos en la fe y por lo tanto, preferimos agradar a aquellos en detrimento de estos.

Al único que tenemos que agradar es al Señor.

A todos tengo que amar con el Amor de Dios. A todos sin distinción.

Pero a quien tengo que agradar es al Señor. Al Dueño de mi vida.

Y si agrado al Señor, seguramente esto será de bendición para los que están cerca mío. 

Amar significa darse.

Amar es bajar la guardia. Es mostrarse vulnerable tal cual uno es.

Amar es servir antes que ser servido.

Amar es negarse a uno mismo por el otro. Es decir ser abnegado.

Amar es bendecir. Y bendecir es “decir bien” del otro. Hablar bien.

Amar es cuidarnos. Amar es ser guarda de mi hermano. Una aclaración… ser guarda no significa «apañar» sino por el contrario, cuidarlo de que no haga nada en contra de la voluntad de Dios… por Amor.

Amar es respetarnos.

Amar es buscar el bien del otro y no mi propio bien.

Amar es perdonar.

Amar es humillarse.

Amar es velar por el bien del otro.

Amar es no juzgar ni condenar.

Amar es entender que no soy más importante que mi hermano.

Amar es entender que todos nos necesitamos.

Que cada parte del Cuerpo de Cristo es tan importante como cualquier otra.

Juan 13:34-35 /NBLA

34 »Un mandamiento nuevo les doy: “que se amen los unos a los otros”; que como Yo los he amado, así también se amen los unos a los otros.

35 En esto conocerán todos que son Mis discípulos, si se tienen amor los unos a los otros».

 

Esto no es opcional.

Es un mandato de Dios.

Y como tal, lo debemos obedecer.