LIBRES DEL AUTOENGAÑO

¡Levante la mano quien no ha sido engañado alguna vez!

¡Que mal nos sentimos cuando nos damos cuenta que fuimos engañados!
Nos sentimos estafados, impotentes, enojados con nosotros mismos por no darnos cuenta del engaño.
Seguramente, también tomamos nota, para que no nos vuelvan a engañar de la misma manera.

Es así, a nadie le gusta ser engañado.

Pero que pasa si el engaño nos lo hacemos nosotros mismos!

¿Es posible engañarse a uno mismo?
Lamentablemente es mucho más común de lo que tal vez pensamos.

El autoengaño se puede definir como un proceso psicológico por el cual una persona se engaña a sí misma o distorsiona la realidad con el fin de evitar enfrentar situaciones incómodas, justificar sus acciones o proteger su autoestima.

Sí, es verdad. Nos autoengañamos mucho más de lo que nos damos cuenta.

Los psicólogos dicen que: “El autoengaño puede ser perjudicial, ya que puede obstaculizar el crecimiento personal, dificultar el cambio positivo y generar conflictos en las relaciones interpersonales”.

Definitivamente tenemos que librarnos del autoengaño.

En las Sagradas Escrituras, se nos habla de que no debemos tener una imagen distorsionada o equivocada de nosotros mismos.
Se nos insta a tener un concepto acertado, ecuánime, acorde a lo que Dios dice de nosotros.

ROMANOS 12.3 /NTV
Basado en el privilegio y la autoridad que Dios me ha dado, le advierto a cada uno de ustedes lo siguiente: ninguno se crea mejor de lo que realmente es. Sean realistas al evaluarse a ustedes mismos, háganlo según la medida de fe que Dios les haya dado.

Es evidente que esto va en dirección a no autoengañarnos, pero las Sagradas Escrituras también hablan específicamente de los que se “engañan a sí mismos”.

La mención está la Carta Universal de Santiago.
Quién nos exhorta:

SANTIAGO 1.22 /NBLA
Sean hacedores de la palabra y no solamente oidores que se engañan a sí mismos.

Podríamos decir que el apóstol, divide a los cristianos en 2 grandes grupos: LOS HACEDORES Y LOS OIDORES.

Y de estos últimos agrega una descripción: “los que se engañan a sí mismos”.

Es decir, si sólo escuchamos o si sólo leemos la Palabra de Dios y no la ponemos en práctica, nos AUTOENGAÑAMOS.

Si escucho atentamente lo que Dios dice en su Palabra, pero no la tomo y la pongo en práctica, dice Dios, me estoy autoengañando. Y como vimos, autoengañarse no es bueno para mí vida.

Debemos librarnos del autoengaño.

Santiago sigue diciendo:

SANTIAGO 1.23-25 /NBLA
23 Porque si alguien es oidor de la palabra, y no hacedor, es semejante a un hombre que mira su rostro natural en un espejo; 24 pues después de mirarse a sí mismo e irse, inmediatamente se olvida de qué clase de persona es. 25 Pero el que mira atentamente a la ley perfecta, la ley de la libertad, y permanece en ella, no habiéndose vuelto un oidor olvidadizo sino un hacedor eficaz, este será bienaventurado en lo que hace.

¿Qué tenemos ahora?
Santiago suma a su explicación, un espejo.

¿Para qué es un espejo?
Algunos dirán, que están allí porque nos gusta mirarnos… sino porqué te parece que tienen tanto éxito las selfies.
Y es verdad!
Naturalmente somos egoístas y nos gusta mirarnos… pero más allá de esto, la función práctica de un espejo es poder mirarse a uno mismo, y ver como me veo, como estoy vestido, como estoy peinado, como estoy exteriormente, y todo esto sin necesidad de otra persona.
Y lo lógico es que si, por ejemplo, veo que estoy mal peinado, desalineado, con un boton mal abrochado, etc… corrija lo que veo mal, de acuerdo a lo que me parece a mí que está bien.

Pero, si al verme en el espejo, veo que algo está mal y me voy sin arreglar lo que vi mal, entonces o no le doy importancia a lo que veo, y el espejo sólo lo tengo de adorno… o aunque el espejo me devuelve una imagen, yo creo que estoy viendo otra, y me autoengaño…

El hecho es que Santiago nos dice que la Palabra de Dios, es ese espejo que nos muestra por medio de su Espíritu Santo que vive en nosotros, la verdadera imagen de nuestro ser.

Y si queremos que lo que está desarreglado en nuestra vida, se corrija, entonces tenemos que tomar en cuenta lo que este “espejo” nos muestra y hacer lo necesario para estar mejor.

Es más Santiago, nos insta a mirar ATENTAMENTE, y PERMANECER, hasta que hagamos lo que Dios nos dice que tenemos que hacer…

Esto nos habla de dedicarle tiempo, de darle importancia, de expresar con ese tiempo dedicado, que queremos cambiar y que es sumamente importante para nosotros lo que Dios nos habla.

¿Queremos cambiar? Entonces debemos dedicar tiempo.
¿Queremos expresarle a Dios nuestro Amor? Entonces debemos dedicar tiempo.
¿Es Dios lo más importante para nosotros? Entonces debemos dedicar tiempo para estar con Él.

Y el estar con Él, estar con su Espíritu Santo, estar en intimidad con Él, nos dará conciencia espiritual de su Presencia y esto transformará nuestra vida.

Y es allí donde su Espíritu Santo, nos llenará del PODER necesario para ser HACEDOR EFICAZ de lo que el me muestra en su Palabra.

Entonces, mi vida cambiará.
Dejaremos atrás nuestras vidas egoístas, centradas en nosotros mismos, pensando en lo que nos gusta, en lo que queremos, en lo que necesitamos…
Y seremos transformados para centrarnos en Dios, en su Gobierno, en lo que a Él le agrada, en lo que Él quiere.
Estaremos más atentos a las necesidades de los demás.

Y aún sin darnos cuenta, muchos de nuestros pecados, de nuestros malos hábitos, quedarán atrás, serán vencidos, porque ya no estaremos enfocados en nosotros, sino que por el contrario nuestro DELEITE será el Señor y su presencia.

Y es en este punto, que podremos comprobar lo que Santiago dice al final del versículo 25: “este será bienaventurado en lo que hace”.

Queridos y Amados hermanos, nuestro bienestar, lo que mejor que nos puede pasar en esta vida, es hacer lo que Dios nos pide.
No hay una tercera posición.

Jesús dijo:

JUAN 13.15–17 /NBLA
15 Porque les he dado ejemplo, para que como Yo les he hecho, también ustedes lo hagan.
16 »En verdad les digo, que un siervo no es mayor que su señor, ni un enviado es mayor que el que lo envió. 17 Si saben esto, serán felices si lo practican.

LES HE DADO EJEMPLO. HAGAN LO MISMO Y SERÁN FELICES
Esto es lo que el Señor nos dice hoy.
Mirenme a mí, aprendan de mí, imiten mi vida, yo estoy con ustedes siempre, vivo en ustedes, si me tienen a mí, tienen todo lo necesario para hacer lo mismo, y ser felices.

Por último, este pasaje de Santiago, es similar a algo que dijo Jesús en el Sermón del Monte.
En el Evangelio de Mateo, desde el capítulo 5 hasta el capítulo 7 incluído, está lo que se conoce como el Sermón del Monte.
Existen infinidad de libros que se han escrito a partir de este Sermón.
Maravillosas palabras del Señor.

Al finalizar todo ese Sermón, el Señor les hizo una advertencia:

MATEO 7.24–27 /NBLA
24 »Por tanto, cualquiera que oye estas palabras Mías y las pone en práctica, será semejante a un hombre sabio que edificó su casa sobre la roca; 25 y cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos y azotaron aquella casa; pero no se cayó, porque había sido fundada sobre la roca.
26 » Todo el que oye estas palabras Mías y no las pone en práctica, será semejante a un hombre insensato que edificó su casa sobre la arena; 27 y cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos y azotaron aquella casa; y cayó, y grande fue su destrucción».

En Síntesis:
SI PONGO EN PRÁCTICA SOY SABIO, Y VOY A PERMANECER A PESAR DE TODO.
SI NO PONGO EN PRÁCTICA LA PALABRA SOY INSENSATO Y CUANDO VENGA EL TIEMPO DE PRUEBA, GRANDE SERÁ MI DESTRUCCIÓN

SEAMOS LIBRES DEL AUTOENGAÑO
DEJEMOS ATRÁS LA INSENSATEZ

DIOS QUIERE LIBRARTE Y HACERTE SABIO.
DIOS QUIERE LIBRARTE DE LA DESTRUCCIÓN.
DIOS QUIERE LLENARTE DE SU ESPÍRITU Y DARTE PODER PARA VIVIR.
DIOS QUIERE EQUIPARTE CON TODO LO QUE NECESITAS PARA SER FELIZ.
DIOS QUIERE QUE SEAS BIENAVENTURADO EN TODO LO QUE HAGAS.
DIOS QUIERE…

¿Que vamos a responder?