La elección debida

En la semana me encontré de manera casual con un hermano y en la charla, me dijo algo así: “…es impresionante la ANARQUÍA que se vive hoy en nuestro país…. a todo nivel…”.

Automáticamente, recordé el último versículo del libro de Jueces…

Jueces 21.25 /NBLA

En esos días no había rey en Israel; cada uno hacía lo que le parecía bien ante sus propios ojos.

En buen criollo, diríamos: “…cada uno hacía lo que le daba la gana…”.

No estamos errados si decimos que esta última frase, pinta con bastante exactitud, lo que nos pasa como sociedad.

También escuche una frase que, hace unos años, la dijo quien en vida fuera ministro de la Corte Suprema de Justicia.

“Las leyes, en la Argentina de hoy, se han transformado en un listado de sugerencias”.

Qué triste descripción de nuestra sociedad, de nuestro país!

Por un lado tenemos una ANARQUÍA de hecho… es decir que en la práctica, en la calle, en los distintos estamentos de nuestra sociedad, y más allá de las leyes, una gran mayoría de la población, en determinadas ocasiones… “…hace lo que le da la gana”…

Y por el otro, vemos que más allá del gobierno de turno, se vive como si las leyes establecidas, son sólo SUGERENCIAS y no “normas establecidas por una autoridad superior para regular, de acuerdo a la justicia algún aspecto de las relaciones sociales”.

Entonces, el problema no está en que no hay Autoridad, Gobierno y Leyes, sino en que se vive sin reconocer la AUTORIDAD y sus LEYES.

Y por lo tanto, ya no es una circunstancia externa, sino una actitud del corazón, del interior del ser humano.

Y al final, siempre terminamos dándonos cuenta que la solución al problema del ser humano no está en lo externo, en las circunstancias externas, sino en el corazón, en el ser interior…

Es decir que la batalla que tenemos que librar no es por las leyes de un país, sino por la cultura. Es decir la batalla es cultural… porque al fin y al cabo … si la Cultura cambia, las Leyes se van a cambiar.

Pero volviendo al último versículo de Jueces, y si sólo nos quedáramos con ese pasaje, todos podríamos concluir que era porque NO HABÍA REY, es decir NO había una AUTORIDAD y entonces… esto sería la excusa perfecta…

Pero si seguimos leyendo las Sagradas Escrituras, llegaremos al momento en que el último de los Jueces que Dios levantó para guiar a su pueblo, Samuel, se encontró defraudado y rechazado por el pueblo de Israel …

1 Samuel 8:5-8 /NTV

5. «Mira, Samuel—le dijeron—, ya eres anciano y tus hijos no son como tú. Danos un rey para que nos juzgue así como lo tienen las demás naciones».

6. Samuel se disgustó con esta petición y fue al Señor en busca de orientación.

7. «Haz todo lo que te digan—le respondió el Señor—, porque me están rechazando a mí y no a ti; ya no quieren que yo siga siendo su rey.

8. Desde que los saqué de Egipto me han abandonado continuamente y han seguido a otros dioses. Y ahora te tratan a ti de la misma manera.

En este pasaje, podemos ver que el problema no era la falta de un rey… sino que NO RECONOCÍAN A DIOS COMO SU REY.

Y llegado este momento, NO QUERÍAN QUE DIOS SIGA SIENDO SU REY.

El Rey, estaba.

Las Leyes, estaban.

Pero el corazón del pueblo, estaba en REBELDÍA, y no reconocía a Dios como su SEÑOR y REY.

Y nosotros, la iglesia de Dios. Los que decimos que seguimos a Cristo como nuestro Señor… ¿cómo estamos con todo esto?

¿Cómo está mi corazón?

¿Es Cristo Jesús mi REY y SEÑOR?

¿Su Palabra, sus Mandamientos, que son para mí? ¿LEYES O SUGERENCIAS?

Queridos y Amados hermanos… 

A Dios no le da lo mismo si le reconocemos como Señor o no…

A Dios no le da lo mismo si obedecemos o no obedecemos sus mandamientos…

O ¿a que Padre le daría lo mismo si su hijo pone las manos en el enchufe o no los pone?

Y el fue y es muy claro con su Pueblo…

Deuteronomio 30:15-19 /NBLA

15. »Mira, yo he puesto hoy delante de ti la vida y el bien, la muerte y el mal.

16. Hoy te ordeno amar al Señor tu Dios, andar en Sus caminos y guardar Sus mandamientos, Sus estatutos y Sus decretos, para que vivas y te multipliques, a fin de que el Señor tu Dios te bendiga en la tierra que vas a entrar para poseerla.

17. Pero si tu corazón se desvía y no escuchas, sino que te dejas arrastrar y te postras ante otros dioses y los sirves,

18. Yo les declaro hoy que ciertamente perecerán. No prolongarán sus días en la tierra adonde tú vas, cruzando el Jordán para entrar en ella y poseerla.

19. Al cielo y a la tierra pongo hoy como testigos contra ustedes de que he puesto ante ti la vida y la muerte, la bendición y la maldición. Escoge, pues, la vida para que vivas, tú y tu descendencia,

Dios no dice: “Elijan lo que quieran, porque me da lo mismo, total es tu vida”

NO!

DE NINGUNA MANERA!!! NO!

Dios es Padre, Dios es Amor, Dios nos creo para que seamos sus hijos, y el NO QUIERE QUE NADIE MUERA…

2 Pedro 3:9 /NTV

En realidad, no es que el Señor sea lento para cumplir su promesa, como algunos piensan. Al contrario, es paciente por amor a ustedes. No quiere que nadie sea destruido; quiere que todos se arrepientan.

Es por esto que el dice:

Deuteronomio 30.19 /NBLA

Al cielo y a la tierra pongo hoy como testigos contra ustedes de que he puesto ante ti la vida y la muerte, la bendición y la maldición. Escoge, pues, la vida para que vivas, tú y tu descendencia,

Aquí hay un mandamiento para el ser humano: ESCOGE LA VIDA.

Es por esto también que como veíamos el domingo pasado:

2 Pedro 1:3 /NTV

Mediante su divino poder, Dios nos ha dado todo lo que necesitamos para llevar una vida de rectitud. Todo esto lo recibimos al llegar a conocer a aquel que nos llamó por medio de su maravillosa gloria y excelencia;

DIOS nos dio en Cristo, todo lo que necesitamos para que cada día elijamos la vida y no la muerte.

Nos dio a su Espíritu Santo para que cada día, en lugar de considerar a su Palabra y sus mandamientos como sugerencias, los obedezcamos como leyes.

El mundo está en un proceso de degradación.

Se va pudriendo, se va echando a perder cada día un poco más.

Pero esto es para los que están en el Reino de las Tinieblas.

En cambio en el Reino de la Luz, en el Reino de Cristo, nuestro Rey y Señor, cada vida está en un proceso de crecimiento, un proceso de santificación en el cual vamos desvistiéndonos y quitándonos lo viejo y vamos adoptando en su lugar lo nuevo, lo de Cristo. 

Su Vida que está en nosotros, va sanando y santificando cada aspecto de nuestro ser.

Esto es así. … Debe ser así!

Y si no lo es, debemos examinarnos e identificar qué es lo que tenemos que cambiar.

No podemos seguir haciendo lo que queremos, tomando lo que Dios dice en su Palabra como una SUGERENCIA, “…total Dios me entiende”.

Esto es REBELDÍA en contra de Dios.

Y si esto es así, Dios te dice hoy: ¡ELEGÍ LA VIDA!

NO ES UNA SUGERENCIA. ES UN MANDATO DE DIOS.

Es que si seguimos de la misma manera, NOS ENGAÑAMOS A NOSOTROS MISMOS.

Creemos que estamos pero no estamos…

Creemos que con sólo escuchar la Palabra o una meditación o un video o un tema musical … etc. etc… con eso estamos bien…

ES UN ENGAÑO. ES UN AUTOENGAÑO.

Como dice en Santiago 1.22-25: “Nos engañamos a nosotros mismos si somos solamente oidores de la Palabra”.

No basta con OIR, debemos PONER EN PRÁCTICA lo que escuchamos.

Y todo comienza con lo que decíamos las últimas semanas. 

DELEITARNOS en su Palabra.

DELEITARNOS en la Amistad con Dios.

DELEITARNOS en su compañía.

DELEITARNOS en lo que tenemos en Cristo.

DELEITARNOS en EL.

Y entonces, el poner en práctica los mandamientos del Señor, no será una carga sino una bendición.