Salmos 89.15
/RV60
Bienaventurado el pueblo que sabe aclamarte; Andará, oh Jehová, a la luz de tu rostro.
/NTV
Felices son los que oyen el alegre llamado a la adoración, porque caminarán a la luz de tu presencia, Señor.
¿Que significa o que implica, saber aclamar a Dios? o como dice la versión NTV, ¿Que implica oir el “alegre llamado a la adoración”?
¿Por qué es importante saber esto?
En primer lugar porque hay una bendición de parte de Dios para quienes sepan y practiquen esto.
Y en segundo lugar porque aquellos que lo practiquen “caminarán a la luz de la presencia del Señor”…
Y creo que todos queremos ser bendecidos por Dios y todos queremos caminar a la luz de Dios, es decir caminar agradando a Dios, teniendo comunión con Él, sabiendo que alegramos su corazón con nuestras vidas…
Si hay algo que todo hijo quiere, es sentir la aprobación de su Padre… y es precisamente esto lo que implica “caminar a la luz de su Presencia…”
Veamos entonces que podemos aprender para aclamar y adorar a Dios como a Él le agrada.
- Adorar, es parte de nuestra naturaleza. Somos creación. Somos criaturas. Dios nos creó y por lo tanto en nuestro ser está el concepto de ADORACIÓN. El ser humano como creación de Dios, adora. No siempre adora al Dios Verdadero. Pero todo ser humano, adora. Y todo lo que adora y no es el Dios verdadero, ocupa SU lugar, por lo cual se convierte en un ÍDOLO.
- El ser humano puede adorar al dinero, a las riquezas, a su apariencia, a su familia, a sus hijos, a su esposa o a su esposo, a su proyecto, a su trabajo, a su equipo deportivo…
- Entonces podemos decir que ADORAR es entregarse por completo a alguien o algo. Esto quiere decir que toda la vida gira en función de a quién adoro.
- Adorar es mucho más que cantar u orar. Esto es parte importantísima. Pero en realidad el cantar, el orar, el aclamar, es la consecuencia de un corazón que ADORA.
1 Crónicas 21.21-27 /NBLA
21 Cuando David llegó junto a Ornán, este miró, y al ver a David, salió de la era y se postró ante David rostro en tierra.
22 Entonces David dijo a Ornán: «Dame el lugar de esta era, para que edifique en él un altar al Señor. Me lo darás por su justo precio, para que se retire la plaga del pueblo».
23 Ornán respondió a David: «Tómelo para usted, y que mi señor el rey haga lo que sea bueno ante sus ojos. Mire, daré los bueyes para holocaustos y los trillos para leña y el trigo para la ofrenda de cereal; lo daré todo».
24 Pero el rey David dijo a Ornán: «No, sino que ciertamente lo compraré por su justo precio; porque no tomaré para el Señor lo que es tuyo, ni ofreceré un holocausto que no me cueste nada».
25 Y David dio a Ornán el peso de 600 siclos (6.84 kilos) de oro por el lugar.
26 Entonces David edificó allí un altar al Señor, y ofreció holocaustos y ofrendas de paz. E invocó al Señor, y Él le respondió con fuego del cielo sobre el altar del holocausto.
27 Y el Señor ordenó al ángel, y este volvió su espada a la vaina.
Según este pasaje, podemos extraer algunos principios…
- Adorar, tiene un costo. Implica, pagar un precio. Es darle prioridad a Dios. El primer lugar. Es decidir dejar de “gastar” mi vida en otras cosas para “invertirla” en Dios.
- Adorar, es personal. No puedo tomar prestada la experiencia de otro. No puedo adorar por medio de otro. Es una acción totalmente personal. Dios y yo. Es maravilloso estar juntos como familia de Dios y aclamar a Dios como pueblo… pero aún en medio de la multitud, es imprescindible la conexión individual con nuestro Dios.
- Adorar, implica sacrificar algo. Es renunciar a todo por Dios.
- Adorar, es ofrecer, ofrendar a Dios todo lo que tenemos, nuestras vidas.
Romanos 12.1-2 /PDT
Por eso hermanos, puesto que Dios nos ha mostrado tanta misericordia, les ruego que entreguen todo su ser como sacrificio vivo a Dios. Esa ofrenda que es su vida debe estar dedicada solamente a Dios para poder agradarle. Esta clase de adoración es la que realmente tiene sentido.
- Adorar, implica tomarse el tiempo… “edificar” nos habla de preparación…
- Adorar, no es un episodio aislado en medio de la semana, sino es un estilo de vida.
- Adorar, es invocar sobre mi vida al Señor. Es hacerlo partícipe de mi vida. Es tenerlo presente en cada decisión de mi ser.
- Adorar, es ofrecer a Dios un corazón y un espíritu arrepentido y quebrantado.
Salmos 51:16-17 /NTV
16 Tú no deseas sacrificios; de lo contrario, te ofrecería uno.
Tampoco quieres una ofrenda quemada.
17 El sacrificio que sí deseas es un espíritu quebrantado;
tú no rechazarás un corazón arrepentido y quebrantado, oh Dios.
- Adorar, no es algo externo sino del corazón.
Juan 4.23 /NBV
Pero la hora se acerca, y ya está aquí, cuando los que verdaderamente adoran al Padre lo harán guiados por el Espíritu y en forma verdadera, porque el Padre así quiere que sean los que lo adoren.
¿Y que pasará si vivimos una vida de Adoración?
Salmos 89:15-18 /NBLA
15 ¡Cuán bienaventurado es el pueblo que sabe lo que es la voz de júbilo!
Andan, Señor, a la luz de Tu rostro.
16 En Tu nombre se regocijan todo el día,
Y por Tu justicia son enaltecidos.
17 Porque Tú eres la gloria de su potencia,
Y por Tu gracia es exaltado nuestro poder.
18 Pues del Señor es nuestro escudo,
Y del Santo de Israel nuestro rey.
- Alegramos el corazón de nuestro Padre y vivimos en su Luz, en su Gracia.
- Nuestros días estarán llenos de alegría.
- Seremos enaltecidos por su Justicia. Es decir los que nos vean verán a Dios en nosotros.
- Nuestra fuerza será la Fuerza de Dios. Su Espíritu Santo nos llenará de su Poder.
- El Señor será nuestro Escudo. Quién nos proteja.
- Y viviremos el Reino de Dios en la Tierra.
Veamos como lo dice el pasaje de 1 Crónicas…
1 Crónicas 21.26 /NBLA
Entonces David edificó allí un altar al Señor, y ofreció holocaustos y ofrendas de paz. E invocó al Señor, y Él le respondió con fuego del cielo sobre el altar del holocausto.
Cuando David adoró de corazón a Dios, Él le respondió con “fuego del cielo sobre el altar del holocausto”…
¿Queremos vivir con el Poder y el Fuego de Dios en nuestras vidas?
El camino es vivir una vida de Adoración.
¿Queremos ser una congregación donde la manifestación de Dios sea poderosa y palpable?
El camino es vivir vidas de Adoración.
¿Queremos tener la convicción de que nuestras vidas alegran el corazón del Padre?
Hay un precio justo que pagar.
David sabía que si quería agradar a Dios, no podía aprovecharse de sus habilidades ni de sus privilegios.
El dueño de la tierra le quería regalar todo a David. Y David como rey podía aprovechar esta ventaja… Al fin y al cabo, como rey de Israel, tenía el derecho de tomar lo que quisiera…
Pero ADORAR no se trata de hacer lo que yo quiero sino de hacer lo que AGRADA A DIOS.
El rey David sabía que tenía que PAGAR EL PRECIO JUSTO, para que Dios se agrade y entonces recibir la bendición de Dios.
Quitemos de nuestra forma de pensar, el ser ventajeros…
El hacer lo mínimo indispensable.
El menor esfuerzo.
Dejemos de regatear con Dios para recibir su bendición.
A veces me da la impresión de que nuestra relación con Dios es como cuando compramos en algún lugar una copia de las mejores zapatillas de marca… y salimos contentos… orgullosos del negocio que hicimos… pero cuando las zapatillas no duran lo que tienen que durar y se rompen o se despegan después de usarlas sólo un par de veces… nos quejamos porque no recibimos lo que nos prometieron…
¿Que pensabas? Compraste barato. Pagaste poco en relación a lo que vale la original…
El Señor pagó un ALTO PRECIO por nuestras vidas, para que hoy podamos ser llamados Hijos de Dios.
Deudores somos.
Dios tiene mucho para nosotros.
Dispongamos nuestro corazón para PAGAR EL PRECIO JUSTO y Dios que no es deudor de nadie, responderá con FUEGO del CIELO y bendecirá SOBRENATURALMENTE toda nuestra existencia.