El mismo Pan

Hoy recordamos la Cena del Señor.

Podríamos decir que la Cena del Señor nos habla de varios temas.

Perdón, Sacrificio, Nueva Vida, Nuevo Pacto, Muerte, Vida, Justificación, Santificación, etc…

Hoy me gustaría tocar un tema que está implícito en la Cena y aunque tal vez no lo expresa directamente, es a mi juicio de suma importancia.

Este tópico es la Iglesia.

La Iglesia como Cuerpo de Cristo, como familia y pueblo de Dios, como grupo apartado del mundo y para Dios, es decir un Grupo, una Familia, un Pueblo SANTO.

Nuestro Señor, al instituir la Cena, no lo hizo apartando a unos pocos o en forma individual.

Por el contrario, lo hizo reuniéndose con todos los que Él había elegido para que sean sus discípulos. Todos. También el que Él sabía que lo iba a traicionar…

Nunca estuvo en el corazón del Señor, la idea o el concepto de “Seguidores” que lo hacen en forma individual, apartados de los otros.

NO.

Es más, pensar de esta manera es ir en contra de Cristo mismo y de su mensaje.

Cuando le preguntaron al Señor cual era el Mandamiento más importante, contestó:

Marcos 12:29-31 /NBLA

29 Jesús respondió: «El más importante es: “Escucha, Israel; el Señor nuestro Dios, el Señor uno es; 30 y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente, y con toda tu fuerza”. 31 El segundo es este: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. No hay otro mandamiento mayor que estos».

Es claro el remate que el Señor hace en su contestación: “No hay otro mandamiento mayor que estos”…

O sea que estos dos mandamientos están por sobre cualquier otro mandamiento del Señor.

Son estos dos la base para el resto de los mandatos del Señor.

Muchos malinterpretan lo que Jesús le dijo a Pedro, y entienden que el Señor dice que sobre Pedro edificará su iglesia.

Si esto fuera así, por lo menos para mí, habría una incoherencia en su mensaje, personalizando la edificación de su familia, sobre una persona, cuando en realidad su corazón está en su familia, en su cuerpo y no en uno por sobre el resto.

Si pensamos en la Cena del Señor, es probable que sólo pensemos en los pocos versículos donde puntualmente el Señor habla del Pan y el Vino… pero esa noche, esa cena fue mucho más larga que esos pocos versículos.

El evangelio de San Juan, capítulos 13 y 14, nos da un detalle mayor sobre lo que el Señor habló en esa última cena a sus discípulos.

Allí vemos que tomando la actitud de un esclavo, les lavó los pies, hablando con su ejemplo sobre la Humildad y sobre la necesidad de que cada uno de nosotros sigamos su ejemplo teniendo su misma actitud de humildad para con todos.

Luego les dijo que la manera en que todos se darían cuenta que eran discípulos del Señor, sería por medio del Amor mutuo…

S.Juan 13.34-35 /NBLA

34 »Un mandamiento nuevo les doy: “que se amen los unos a los otros”; que como Yo los he amado, así también se amen los unos a los otros. 35 En esto conocerán todos que son Mis discípulos, si se tienen amor los unos a los otros».

Luego les habló de la Esperanza de la Vida eterna junto al Señor, del Espíritu Santo, de su Paz en nosotros, etc. etc.

Podemos ver entonces que estaba muy claro para sus discípulos que no se trataba de ellos como individuos sino de ellos como parte de un cuerpo, de una familia, de una iglesia.

Es que precisamente esto es la Iglesia: “una asamblea de personas seleccionadas aparte…”.

No se trata de individuos. Se trata de un cuerpo.

Tenemos que decir que en los tiempos de Jesús, el concepto de iglesia, o “ekklesia”, era muy conocido.

Es decir que no era un término religioso en absoluto, sino un término político y gubernamental que se utilizaba para designar a un grupo de personas, convocadas y reunidas para gobernar los asuntos de una ciudad.

Es por esto que Jesús dijo… “…sobre esta declaración, que es como una gran roca, edificaré MI IGLESIA…”

Podrían existir muchas “ekklesias” o asambleas legislativas … pero Jesús creo SU IGLESIA, según sus términos, sus principios y sus mandamientos.

Es por esto que la Cena del Señor nos habla de CUERPO, DE FAMILIA, DE IGLESIA.

Cuando comemos el Pan… Un mismo Pan se parte y se reparte y todos comemos del mismo Pan… lo que significa que todos al participar del mismo Pan, reconocemos y aceptamos, que formamos parte del mismo Pan, del mismo Cuerpo, de la misma Familia, de su misma Iglesia.

Es que NO HAY PROPÓSITO DE DIOS PARA TU VIDA Y PARA LA MÍA, FUERA DE LA IGLESIA.

SI DIOS VA A CUMPLIR SU PROPÓSITO EN TU VIDA Y EN LA MÍA, SERÁ DENTRO DE LA IGLESIA, DENTRO DEL CUERPO DE CRISTO, DENTRO DE LA FAMILIA DE DIOS.

NO EXISTE ESO DE CREER EN DIOS PERO NO CREER EN LA IGLESIA.

NO CREER EN LA IGLESIA, ES NO CREER EN EL CUERPO DE CRISTO.

En esta semana, al despertarme, el Señor me habló sobre este pasaje:

Efesios 4:11-16 /NVI

11 Él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; y a otros, pastores y maestros, 12 a fin de capacitar al pueblo de Dios para la obra de servicio, para edificar el cuerpo de Cristo.

13 De este modo, todos llegaremos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a una humanidad perfecta que se conforme a la plena estatura de Cristo.

14 Así ya no seremos niños, zarandeados por las olas y llevados de aquí para allá por todo viento de enseñanza y por la astucia y los artificios de quienes emplean artimañas engañosas.

15 Más bien, al vivir la verdad con amor, creceremos hasta ser en todo como aquel que es la cabeza, es decir, Cristo.

16 Por su acción todo el cuerpo crece y se edifica en amor, sostenido y ajustado por todos los ligamentos, según la actividad propia de cada miembro.

Y al meditar en este pasaje, entre otras conclusiones extraje las siguientes:

– El propósito de cada ministerio es capacitar a TODOS los santos. Es decir a TODO el cuerpo de Cristo.

– La meta de esta capacitación es que TODO el pueblo de Dios, la iglesia, llegue a tener la misma fe y el mismo conocimiento de Cristo.

– Esto es así, porque el PROPÓSITO de DIOS es que TODOS lleguemos a ser como Cristo.

– Muchos de los problemas de la iglesia tienen que ver con la falta de madurez espiritual.

– Hay un punto en que se deja de ser niños… y se comienza una etapa de crecimiento… “viviendo la verdad en amor”.

– El crecimiento del cuerpo, lo da Cristo nuestro Señor.

– El cuerpo crece si está bien unido a Cristo y bien unido entre sí.

– NO HAY CRECIMIENTO SIN UNIÓN. No hay crecimiento si alguno de estos dos puntos de unión fallan. (San Juan 15)

– Cada miembro del cuerpo de Cristo tiene una Gracia que el Señor mismo le otorgó y que es para la edificación del otro, es decir para la edificación del Cuerpo.

Queridos hermanos, Dios tiene grandes cosas para nuestras vidas.

Sus Caminos y sus Pensamientos son mucho mejores de los que podemos anhelar o aún de imaginar.

Pero cada uno de estos Caminos y Pensamientos…

Y cada una de esas Grandes cosas que Dios tiene para nosotros…

Sólo serán realidad si estamos UNIDOS A CRISTO Y UNIDOS AL CUERPO.

ESTE ES EL PLAN DE DIOS. NO ES EL MÍO. 

ES LO QUE DIOS DICE EN SU PALABRA.

HAY AUTORIDAD DELEGADA POR DIOS A SUS HIJOS, PERO ESTA AUTORIDAD ES POSIBLE PORQUE SUS HIJOS ESTAN UNIDOS A SU CUERPO QUE ES LA IGLESIA.

Tal vez alguna vez te planteaste el porqué de la falta de crecimiento espiritual… 

Si es así… no estaría de más, pensar… como estamos con “nuestra Unión con Cristo y con su Cuerpo…”.

En Colosenses hay un pasaje similar que también nos habla de cómo está unido el Cuerpo de Cristo.

Colosenses 2:18-19 /NBV

18 No dejen ustedes que les quiten su premio quienes fingen ser humildes y adoran a los ángeles. Estos individuos dicen haber visto visiones y se llenan de orgullo por sus pensamientos humanos. 19 Sin embargo, no están conectados a Cristo, la cabeza, a la cual nosotros, que formamos su cuerpo, sí estamos unidos. Y lo estamos por medio de fuertes junturas y ligamentos, con lo cual crecemos a medida que Dios nos nutre.

Claramente aquí Dios nos dice que cada uno de nosotros estamos Unidos a Cristo por medio de las coyunturas y los ligamentos… es decir por medio de otro hermano…

Esto nos habla de tener relaciones firmes, con algún hermano, para ser edificado.

Esto no es tener una amistad… solamente…

No.

Es tener una relación en la cual soy edificado espiritualmente por el otro.

Es obedecer el mandato de Jesús… “Vayan y hagan discípulos…”.

Es reconocer en el otro, a quien puede edificarme. De quién puedo aprender.

Y es buscar al Señor juntos.

No es sólo juntarme a tomar un café o comer algo juntos…

Es mucho más que esto.

Es buscar crecer. Es tener la determinación de crecer. De ser edificado en el Señor.

Esto es lo que significa COMER EL MISMO PAN.

Entender esto es también… Discernir el Cuerpo de Cristo… 

“No seamos necios, sino sabios, aprovechando bien el tiempo… porque los días son malos…” – Efesios 5:15-16

“Así que tengan mucho cuidado con su forma de vivir, no sean como los que no tienen entendimiento, sino que vivan honradamente con verdadera sabiduría, porque estamos viviendo en tiempos malos. Aprovechen al máximo todos los días mientras dedican su vida a los propósitos de Dios”.