CUIDADOS

La Vida de Dios y la Vida en Dios… lo cambia todo.
Cambia nuestra vida, y cambia también nuestra muerte.
La vida deja de ser una vida sin rumbo y sin propósito…
Y la muerte deja de ser el fin de todo.

En Cristo, la muerte deja de ser victoriosa.
En Cristo, ya no somos derrotados por la muerte.
Porque Cristo, la derrotó, la venció.

Es por esto mismo, que el Apóstol Pablo dice:

1 Corintios 15:54-55/ NBLA
54 Pero cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: «Devorada ha sido la muerte en victoria.
55 ¿Dónde está, oh muerte, tu victoria? ¿Dónde, oh sepulcro, tu aguijón?».

Claro que hay tristeza.
Tristeza porque hay una separación física.
Tristeza porque por un tiempo no tendremos la oportunidad de hablar, de abrazar, de tener contacto, cercanía…

Pero junto con esta tristeza, debe haber esperanza.
Sin esta esperanza en Cristo, la tristeza se convierte en desesperación.
La esperanza que viene a nuestra existencia, cuando creemos en Cristo y en su Palabra y en sus promesas…
Esta esperanza, que está totalmente relacionada con la fe, es lo que da equilibrio a nuestra vida en los momentos mas difíciles que nos toque transitar en este mundo.

El Señor Jesús, la llamó TURBACIÓN.

Juan 14.1-3/NBLA
1 »No se turbe su corazón; crean en Dios, crean también en Mí. 2 En la casa de Mi Padre hay muchas moradas; si no fuera así, se lo hubiera dicho; porque voy a preparar un lugar para ustedes. 3 Y si me voy y les preparo un lugar, vendré otra vez y los tomaré adonde Yo voy; para que donde Yo esté, allí estén ustedes también.

Y en el vs. 27 continúa diciendo:

27 »La paz les dejo, Mi paz les doy; no se la doy a ustedes como el mundo la da. No se turbe su corazón ni tenga miedo. 28 Oyeron que les dije: “Me voy, y vendré a ustedes”. Si me amaran, se regocijarían, porque voy al Padre, ya que el Padre es mayor que Yo.

Cuando el Señor habló de TURBACIÓN… les dejó a sus discípulos esta imagen:
Poner en movimiento (agitar de acá para allá, sacudir de un lado a otro); (figuradamente) accionar algo que debería permanecer quieto (tranquilo); causar una perplejidad interna (agitación emocional) por provocar demasiada agitación interna…

Es la misma imagen de cuando uno tiene una gaseosa y la agita…
¿Qué pasa si la destapamos?

De esto mismo está hablando el Señor, cuando les dice: “NO SE TURBE VUESTRO CORAZÓN”
Y esta TURBACIÓN, esta DESESPERANZA, trae TEMOR, MIEDO.

Pero lo que contrarresta esta TURBACIÓN, esta DESESPERANZA y este MIEDO, es la VIDA de Dios, es su Espíritu Santo en nosotros, es Jesucristo mismo que nos llena de su PAZ.

Una Paz que no se puede explicar.
Y no se puede explicar, porque para explicar algo, primero hay que entenderlo… y esta Paz, sobrepasa TODO entendimiento…
Es una Paz que no se entiende, que es inexplicable…
Una Paz que sólo se puede experimentar…
Es Cristo mismo, llenando nuestra vida, de su Paz.

Y obviamente que no es MÉRITO nuestro.
NO TIENE NADA QUE VER CON NUESTRA HUMANIDAD.
Es Cristo, en nosotros.

Y esta Paz, es una PAZ QUE NOS CUIDA.

Isaías 26:3-4 /NTV
3 ¡Tú guardarás en perfecta paz    a todos los que confían en ti,    a todos los que concentran en ti sus pensamientos!4 Confíen siempre en el Señor,    porque el Señor Dios es la Roca eterna.
Filipenses 4:4-7 /NBLA
4 Regocíjense en el Señor siempre. Otra vez lo diré: ¡Regocíjense! 5 La bondad de ustedes sea conocida de todos los hombres. El Señor está cerca. 6 Por nada estén afanosos; antes bien, en todo, mediante oración y súplica con acción de gracias, sean dadas a conocer sus peticiones delante de Dios. 7 Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará sus corazones y sus mentes en Cristo Jesús.

LA PAZ DE CRISTO, nos GUARDA, nos CUIDA.
De la misma manera que un GUARDIA cuida una ciudad…
La PAZ DE DIOS, guarda nuestros corazones y nuestras mentes.
Guarda el lugar de nuestras decisiones, de nuestras emociones.
Guarda nuestros pensamientos, nuestros razonamientos.

NOS GUARDA, NOS CUIDA DE NOSOTROS MISMOS.
DE NUESTRA HUMANIDAD SIN DIOS.
DE NUESTRA NATURALEZA CAÍDA.

NOS GUARDA, PARA QUE NO PERDAMOS LA ESPERANZA, PARA QUE NO NOS TURBEMOS, PARA QUE NO DEMOS LUGAR AL MIEDO.
NOS GUARDA PARA QUE ESTEMOS EN EQUILIBRIO, SIN ENTRAR EN PÁNICO Y DESESPERACIÓN…

UNA VEZ MÁS:
“Es CRISTO, en nosotros…”
Es su AMOR.
Y en este AMOR está su PAZ.

Permitamos que el Señor nos llene de su Presencia, de su Vida, de su Amor, en todos los momentos de nuestra existencia.