CONTRA TODO PRONÓSTICO

No es nuevo decir, que la PANDEMIA que el mundo sufrió, “destapó” o sacó a luz o aceleró, una serie de problemas psíquicos o emocionales que estaban solapados debajo de otras conductas o estilo de vida.

La situación del ser humano en general en materia de salud mental o emocional a escalado a valores alarmantes.
No es necesario ir muy lejos para comprobrar el grado de impaciencia, violencia verbal, psíquica y hasta física…
Sólo basta salir a conducir un vehículo en horas pico en la ciudad de Buenos Aires…

Sinceramente, prácticamente no veo los Programas de Noticias en la TV.
De todos modos hoy es posible estar al día con las noticias utilizando otros medios, como la redes sociales o leer los periódicos en forma digital.
Y lo que se transmite es realmente desalentador.
Nuestra sociedad se desmorona.
Sus fundamentos tambalean.
Y algo que ya es común escuchar en las charlas cotidianas, es la falta de esperanza…

En un artículo publicado en 2021 en el blog de la Facultad de Medicina de Harvard, Adam P. Stern, director de psiquiatría, afirmaba que “la esperanza es un componente esencial de nuestro bienestar”.
Un año antes, otros doctores y científicos de U.S.A. publicaron que, dadas las “numerosas asociaciones positivas documentadas entre la esperanza y los resultados posteriores en materia de salud y bienestar… los investigadores y profesionales de la salud pública deberían centrar sus esfuerzos en intentar aumentar los niveles de esperanza y, por posible extensión, los niveles de salud y bienestar”.

Citando una publicación al respecto, dice: “En este sentido, no tener esperanza se convierte en un problema de salud pública, un problema que los profesionales de la salud pública tienen que combatir, del mismo modo que intentarían combatir las enfermedades crónicas, las enfermedades mentales o una dieta inadecuada en una población determinada. ”

La FALTA DE ESPERANZA ya se ha convertido en un problema de salud pública.
Por lo menos así lo ven en países del Primer Mundo.

De todos modos, por estas latitudes, también está pasando.

Los profesionales de la salud dicen que la falta de esperanza puede contribuir a la depresión, la ansiedad y otros trastornos mentales.

Si no tengo esperanza… “¿para que seguir adelante, luchando?… ¿que sentido tiene la vida?”…

Las Sagradas Escrituras dicen que las personas que viven lejos de Cristo, viven sin esperanza:

EFESIOS 2.12 /NTV
En esos tiempos, ustedes vivían apartados de Cristo. No se les permitía ser ciudadanos de Israel, y no conocían las promesas del pacto que Dios había hecho con ellos. Ustedes vivían en este mundo sin Dios y sin esperanza...

Si vivir apartado de Cristo, es vivir sin Dios y sin esperanza… es fácil llegar a la conclusión obvia:

“CUANTO MÁS EL HOMBRE SE ALEJE DE DIOS, MAYOR SERÁ LA FALTA DE ESPERANZA”.

Es que Cristo Jesús, ES LA ESPERANZA.


Esto es una realidad en el MUNDO… en la sociedad…

Pero me pregunto:
¿Es posible tener falta de esperanza aún siendo cristianos?
¿Es posible, tal vez en menor medida, tener falta de esperanza respecto a las situaciones que estamos enfrentando?

Y la respuesta es SI.
Es posible.

Y una de las causas es que nuestra mirada, esta puesta en el lugar equivocado…
Sin darnos cuenta, las circunstancias, las decisiones que hemos tomado, el camino que hemos transitado, las mentiras a las cuales hemos prestado atención creyendo que eran verdades, y por supuesto la falta de prestar atención a la voz de Dios, nos ha hecho bajar la mirada, y en lugar de fijarla en nuestro Señor y Salvador, la hemos fijado en este mundo y sus circunstancias, en lo nuestro, en lo humano…

En la Carta del Apóstol Pablo a los Romanos en el capítulo 4, se aborda el tema de la fe.
Y allí, el apóstol toma como ejemplo la vida de Abraham.

Recordamos que Abraham tenía 100 años cuando Dios le prometió que iba a ser Padre de Naciones y además su esposa Sara de unos 90 años además era esteril.

Es en este contexto que Pablo dice:

ROMANOS 4.18–21 /NTV
18 Aun cuando no había motivos para tener esperanza, Abraham siguió teniendo esperanza porque había creído en que llegaría a ser el padre de muchas naciones. Pues Dios le había dicho: «Esa es la cantidad de descendientes que tendrás». 19 Y la fe de Abraham no se debilitó a pesar de que él reconocía que, por tener unos cien años de edad, su cuerpo ya estaba muy anciano para tener hijos, igual que el vientre de Sara.
20 Abraham siempre creyó la promesa de Dios sin vacilar. De hecho, su fe se fortaleció aún más y así le dio gloria a Dios. 21 Abraham estaba plenamente convencido de que Dios es poderoso para cumplir todo lo que promete.

ABRAHAM: 100 AÑOS.
SARA: 90 AÑOS Y ESTÉRIL.
NO HABÍA MOTIVOS PARA TENER ESPERANZA!

Todas las circunstancias, estaban en su contra.
Todos los cálculos daban mal.
Las fuerzas ya no estaban.
Abraham y Sara se miraban a sí mismos, y con toda razón, podían decir es una locura…

Pero dice el vs. 18: “Abraham siguió teniendo esperanza porque había creído…”
Y en el 19:

Y la fe de Abraham no se debilitó a pesar de que él reconocía que, por tener unos cien años de edad, su cuerpo ya estaba muy anciano para tener hijos, igual que el vientre de Sara.

¿Que es lo que hizo la diferencia en Abraham?
¿Por qué su fe no se debilitó aún al reconocer su debilidad e imposibilidad?

La diferencia estuvo en que Abraham CREYÓ.
Le CREYÓ a Dios.
Por sobre todo lo que sus sentidos le decían…
Más allá de lo que su mente le recordaba…
Mucho más allá de lo que su humanidad le demostraba…
LE CREYÓ A DIOS.

20 Abraham siempre creyó la promesa de Dios sin vacilar. De hecho, su fe se fortaleció aún más y así le dio gloria a Dios.
21 Abraham estaba plenamente convencido de que Dios es poderoso para cumplir todo lo que promete.

ABRAHAM siempre creyó la promesa de Dios…

Contra todo pronóstico, cuando parecía que no había esperanza, Abraham creyó en la promesa de Dios y esperó que Dios la cumpliera.

Como dice el vs. 21 que leímos: “ABRAHAM estaba plenamente convencido de que Dios es poderoso para cumplir todo lo que promete”.


¿CÓMO ESTA NUESTRA VIDA RESPECTO A LA ESPERANZA O LA FALTA DE ESPERANZA?

Es posible, que sin darnos cuenta, nos hayamos alejado de Cristo y entonces… nuestra mirada dejó de estar fija en Él y la Falta de Esperanza comenzó a renacer…

Es posible que no veas la solución o la salida a tus dificultades y problemas.
Es posible que no le encuentres motivo a tu vida.
Tal vez tengas la sensación de que todo te sale mal. De que vez tras vez, lo que emprendes, se frustra…

O tal vez, estás luchando con pecados o malos hábitos que no podés dejar atrás.
Te sentís atado, esclavizado, sin salida…

Amados, es tiempo de RECORDAR las Palabras del Señor y no sólo recordarlas sino también CREERLAS con todo nuestro corazón y ANCLAR nuestras vidas a sus PROMESAS.

Es tiempo de desempolvar la PALABRA DE DIOS.

Los profesionales de la salud pueden tener sus recetas…
Pero queridos, SIN CRISTO, SIN DIOS, NO HAY ESPERANZA PARA EL SER HUMANO.

CRISTO ES nuestra ESPERANZA.

COLOSENSES 1.27 /NVI
A estos Dios se propuso dar a conocer cuál es la gloriosa riqueza de este misterio entre las naciones, que es Cristo en ustedes, la esperanza de gloria.

Recordemos algunas promesas del Señor:

1 TESALONICENSES 5:23-24 /NBV
23 Que Dios mismo, el Dios de paz, los santifique por completo. Que mantenga sin culpa todo su ser —espíritu, alma y cuerpo—, para cuando el Señor Jesucristo regrese.
24 El que los llama es fiel, y por eso hará todo lo que ha dicho.
JEREMÍAS 29:11 /RVC
Sólo yo sé los planes que tengo para ustedes. Son planes para su bien, y no para su mal, para que tengan un futuro lleno de esperanza.”

HAY ESPERANZA PARA CADA UNO DE NOSOTROS.

NO DEJES QUE NADA NI NADIE TE HAGA DUDAR DE ESTA ESPERANZA.

CRISTO ES NUESTRA ESPERANZA.

Hebreos 12:1-2 /NBV
1 Por eso, también nosotros, que estamos rodeados de tantos testigos, dejemos a un lado lo que nos estorba, en especial el pecado que nos molesta, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante.
2 Mantengamos fija la mirada en Jesús, pues de él viene nuestra fe y él es quien la perfecciona. Él, por el gozo que le esperaba, soportó la cruz y no le dio importancia a la vergüenza que eso significaba, y ahora está sentado a la derecha del trono de Dios.