Meditando en Dios y en su grandeza.
Pensaba en que equivocados estamos los seres humanos, en creer que podemos definir a Dios de alguna manera.
Es que “definir” es determinar los límites de algo o alguien.
Y si hay alguien que no tiene límites es Dios.
O cuan errados estamos al pensar que ya lo conocemos totalmente, o que podemos encerrar a Dios y su accionar dentro de nuestros parámetros.
Me parece que muchos cometemos el error de encasillar la manera en que Dios tiene que hacer las cosas…
Y nos olvidamos que Dios es más grande que todo el Universo.
Dios es más grande que todo lo que podemos pensar o imaginar.
Es verdad que Dios se dió a conocer en Jesucristo, y quién conoce a Jesucristo conoce a Dios.
Pero esto no significa que lo conocemos totalmente.
Dios se dejó ver en Cristo. Y en Cristo habita toda la Plenitud de Dios…
Pero Dios es mucho más todavía de lo que conocemos de Cristo.
El se quiere seguir mostrado.
El quiere seguir corriendo el velo, para que lo conozcamos más.
Siempre hay más de Dios para conocer.
Permítanme generalizar…
Si cada uno de nosotros se compara con el apóstol Pablo, podríamos decir que la gran mayoría, no le llegamos a los tobillos…
Pero Pablo dijo…
Filipenses 3.12/ NBLA
No es que ya lo haya alcanzado o que ya haya llegado a ser perfecto, sino que sigo adelante, a fin de poder alcanzar aquello para lo cual también fui alcanzado por Cristo Jesús.
Y si Pablo dijo esto de sí mismo… cuanto más nosotros…
Y pensando en todo esto… el Espíritu de Dios me preguntaba…
¿Puede un sólo ser humano, conocer de tal manera a Dios, que sólo ese ser humano sea la única palabra autorizada para decirnos como es Dios?
NO.
Él único fue y es Jesús.
Pero ninguno de nosotros puede atribuirse el sólo conocimiento de Dios.
Lo que quiero decir con esto es que Dios se dejó ver en Cristo.
Por lo tanto, toda la humanidad puede conocer a Dios a través de Cristo.
Pero ningún ser humano puede atribuirse la propiedad absoluta de conocer a Dios.
Por el contrario, el propósito de Dios siempre fue la iglesia: “La comunidad de los santos, la congregación de los que reconocen a Jesús como Señor”.
Y la única manera de conocer más a Dios es a través del testimonio personal que cada uno de sus hijos tenemos de Dios.
En otras palabras, si alguno de nosotros decide encerrarse durante años en un lugar aislado para estudiar de Dios… esto sólo no va a completar su conocimiento de como es Dios y como se manifiesta.
Es en la iglesia, en la comunión de los santos, en el testimonio de cada uno, en la experiencia particular de los discípulos, donde el conocer a Dios se perfecciona.
Hace un tiempo leí esta frase: “Cada persona en el planeta fue hecha para decir algo acerca de Dios”.
Pensaba que Dios es tan grande, que para describir como es Él, cada ser humano tiene algo distintivo para decir de Dios.
Es por esto que Dios nos ha creado a todos distintos. Cada uno con su particularidad, puede decir algo acerca de Dios.
Dice el Salmo 19
Salmos 19.1-4 /NVI
Los cielos cuentan la gloria de Dios, el firmamento proclama la obra de sus manos.
Un día transmite al otro la noticia, una noche a la otra comparte su saber.
Sin palabras, sin lenguaje, sin una voz perceptible,
por toda la tierra resuena su eco, ¡sus palabras llegan hasta los confines del mundo!
La creación, en su totalidad, nos cuenta, nos muestra, nos da un pantallazo, una idea de la grandeza de Dios.
Si pregunto, ¿Que o Cómo es una flor?…
Y los amantes de las flores tendrán una descripción, otros tendrán otra forma de describirla… y es posible que si juntamos lo que cada uno de nosotros diga… aún así no lleguemos a describir en su totalidad y exactitud, Qué y Cómo es una flor…
Es posible que nos quedemos “cortos”… ¿porqué?…
Porque los científicos estiman que hay más de 400.000 especies de flores …
Para tener una idea, una de las flores más simples y conocidas es la “Margarita”… y sólo de esta, hay alrededor de 23000 tipos de Margaritas…
La Palabra de Dios nos dice que la Creación nos habla de Dios. Nos dice algo de cómo es Dios.
Podriamos entonces decir que las flores nos hablan de Dios… Pero cual flor… esta o aquella.
Tendríamos que juntar las 400.000 especies de flores, y verlas en su conjunto, para comenzar a entender sólo una parte de cómo es Dios.
De la misma manera, cada hombre y mujer creada a imagen de Dios, tiene algo para decir acerca de su Creador.
Amados, durante muchos años he escuchado decir: “No se que decir…” o “No tengo mucho para decir”… o similares…
Y permítanme decir que es un engaño en el cual muchos hemos caído.
Si entregaste tu vida a Cristo para que el sea tu Señor entonces hay algo que tenemos que decir acerca de Dios.
1 Pedro 4:10-11 /NBLA
Según cada uno ha recibido un don especial, úselo sirviéndose los unos a los otros como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios.
El que habla, que hable conforme a las palabras de Dios; el que sirve, que lo haga por la fortaleza que Dios da, para que en todo Dios sea glorificado mediante Jesucristo, a quien pertenecen la gloria y el dominio por los siglos de los siglos. Amén.
Cada uno de nosotros hemos recibido el Espíritu Santo de Dios. Y con él, hemos recibido el testimonio de Dios.
El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu de que somos hijos, herederos y coherederos.
Y también hemos recibido dones que potencian las gracias con las cuales Dios nos creó.
Y este pasaje nos dice que cuando nos expresamos, de la manera que lo hagamos, sea hablando, sirviendo, cantando, enseñando, pintando, etc. etc, estamos siendo “buenos administradores“ de la multiforme gracia de Dios.
Lo que cada uno de nosotros en particular tiene para decir de Dios, es distinto a lo que nuestro hermano tiene para decir.
Y todas las voces, todas las formas, todas las maneras que tenemos para expresar a Dios, conforman una mejor manera de conocerlo.
El jueves en el grupo familiar, una hermana nos contaba como al compartir su testimonio, esto había tocado la vida de quién la escuchó y también su vida. Y realmente me emocionó pensar cuanto Dios tiene para hablar a las personas que nos rodean todos los días, a través de nosotros.
También, el ver a otros hermanos, transitar en el Señor circunstancias de suma tristeza, ha hablado a mi corazón…
Nuestras vidas, hablan de Dios y de nuestra relación con Él.
Lo que decimos, lo que hablamos, y cómo lo decimos…
Cómo trabajamos, como nos movemos en nuestro trabajo…
Lo que hacemos con el dinero, con lo material…
Cómo tratamos a nuestra esposa/o…
Cómo educamos a nuestros hijos, cómo somos como Padres…
Tu manera de saludar a los vecinos, de tratar al carnicero y al verdulero…
Nuestra vida, privada y pública, hablan de nuestra relación con Dios.
Con cada acción o reacción, palabra o silencio, decimos algo acerca de Dios al mundo.
Como dice el apóstol Pablo en 2 Corintios 3.2-3, cada uno de nosotros somos Cartas escritas por el Espíritu de Dios, para ser leídas por el mundo…
2 Corintios 3:2-3 /NBLA
Ustedes son nuestra carta, escrita en nuestros corazones, conocida y leída por todos los hombres, siendo manifiesto que son carta de Cristo redactada por nosotros, no escrita con tinta, sino con el Espíritu del Dios vivo; no en tablas de piedra, sino en tablas de corazones humanos.
Dios te creo con gracias y te dió dones para que muchos puedan conocer a Dios a través de tu vida.
Es posible que muchos sólo entiendan y crean en Dios, a través de lo que vos tenés para decir…
Cada uno de los que integramos el Cuerpo de Cristo, tenemos algo de Dios para decir.
Y es de suma importancia que lo expreses, porque es así, como nuestra identidad como congregación es formada.
Porque la iglesia no trata de personalismos, sino de personas.
Personas creadas a imagen y semejanza de Dios, distintas, particulares, con algo de Dios para edificar al resto.
Que nada, ni nadie, te haga perder la inmensa alegría y gozo de ser testigo de Cristo.
Es decir de hablar, de decir, lo que Dios te ha dado, lo que has conocido de Dios.
No hay nada que se pueda comparar con esto.
Pedro y Juan, le dijeron a quienes los amenazaron para que dejaran de hablar del Señor…
Hechos 4:20 /NBLA
Porque nosotros no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído.
Que cada uno de nosotros podamos expresar lo mismo.
Y que también valoremos mucho más, lo que Dios hizo, hace y seguirá haciendo, a través de tu hermano…