UNA FE QUE CRECE

Hoy quisiera compartir algo que tiene que ver con nuestras cargas, con lo que nos cuesta…
Pero también cómo podemos crecer en nuestra fe al transitar esos momentos de luchas, de incertidumbre, de cargas que nos parecen difícil de llevar…
Tiempos cuando tenemos que atravesar “lugares”, situaciones que creíamos que no se presentarían nunca en nuestras vidas…
O que pensábamos que por estar en Dios, por ser hijos de Dios, no nos tendría que tocar…
Y es ahí, justo ahí, cuando nuestra fe es puesta a prueba, cuando nos cuesta aceptar lo que pasamos, cuando hasta llegamos a cuestionar a Dios.
Y lo que creíamos … de alguna manera… comienza a tambalear…

¿Es posible que pasemos por estos momentos?
Sí.

No sólo es posible… sino que a pesar de nuestros deseos… creo que es NECESARIO que pasemos por esos momentos.

Es NECESARIO que nuestra fe sea probada.
No nos gusta.
No estamos muy de acuerdo con Dios.
Quisiéramos obviarlos…
PERO… para crecer, para madurar, para ser más fuertes, para conocer más a Dios…
NECESITAMOS pasar por tiempos de prueba.

Recuerdo lo que Jesús le dijo a Pedro antes de ser aprehendido y llevado para ser crucificado…

Lucas 22:31-32 /NBLA
31 »Simón, Simón, mira que Satanás los ha reclamado a ustedes para zarandearlos como a trigo; 32 pero Yo he rogado por ti para que tu fe no falle; y tú, una vez que hayas regresado, fortalece a tus hermanos».

Al leer estos 2 versículos podemos ver que:
1. Si estamos en Dios, Satanás no nos puede tocar. A lo sumo puede pedir permiso para tratar de estorbar en nuestro camino, en nuestra vida… como dice aquí “zarandearnos”.
2. Jesús mismo es quien intercede por nosotros, para que al pasar por ese tiempo de prueba, nuestra fe no falle.

¿Que es ser zarandeado?
Es ser puesto en un tamiz, y ser agitado, sacudido, para ser “purificado”…
Cuando el trigo era zarandeado, lo que caía y era recogido, era el grano sin el pellejo, sin la cascara… es decir se desechaba lo que no era comestible…
Si nos pondríamos en el lugar del grano de trigo… seguramente podríamos estar de acuerdo con que ser “batidos” en el tamiz, ser arrojados para arriba… ser sacudidos.. no está para nada lindo…
Pero tal vez al ver el resultado de ese sacudón… podríamos concluir que no estaba lindo pero al final fue bueno para nosotros…

Lo sorprendente y maravilloso es que, según este pasaje nos enseña, Dios utiliza aún lo malo que nos puede suceder, hasta permite que nuestro enemigo de alguna manera intervenga… para nuestra santificación…
Porque a pesar de que permite esta intervención… él nunca nos deja solos. NUNCA.
Él está “controlando” la prueba.
El intercede por nosotros para que nuestra fe no falle.
Y pide a Dios Padre con fe… sabiendo que recibirá lo que pide…
Entonces puede declarar con fe: “cuando regreses… fortalece a tus hermanos”

Qué hermoso es saber de la FIDELIDAD del Señor.

Pero, muy a pesar nuestro, muchos de los atributos de Dios, los vamos a experimentar en lo momentos más difíciles de nuestra vida…

Y es así que al pasar por la prueba, nuestra fe sale FORTALECIDA.
Es en el preciso momento, cuando nos damos cuenta que pudimos vencer, que pudimos pasar la prueba, que caemos en la cuenta que nuestra Fe era más fuerte de lo que pensábamos.

Y esto también es uno de los propósitos del Señor… que nuestra Fe crezca, se fortalezca.

Esta semana leía:

1 Juan 5:4-5 /NBLA
4 Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo. Y esta es la victoria que ha vencido al mundo: nuestra fe. 5 ¿Y quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?

Estos vss. nos presentan una batalla, una pelea.
El MUNDO versus el HIJO DE DIOS.
En un “rincón”… tenemos al Sistema de Maldad del Mundo, que está gobernado por Satanás.
El Reino de las Tinieblas.
Y en el otro “rincón” … estamos vos y yo… los hijos de Dios, los nacido de nuevo.

Es una pelea de todos los días…
Una pelea personal, que cada uno de nosotros debemos enfrentar… todos los días.

Pero lo interesante de este pasaje y de esta pelea, es que ya existe un GANADOR.
“Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo”.

El problema es que el ganador, muchas veces no está enterado de esto…
Es más… hasta no lo cree…
Y es ahí, cuando pierde…
Y esta victoria que ya está decretada… no puede materializarse… no puede manifestarse…

Pero si, permitimos que nuestra fe crezca, si buscamos a Dios de tal manera, intencionalmente, para que nuestra fe crezca y se fortalezca… entonces… esta victoria, se manifestará en nuestras vidas…

Y esta es la victoria que ha vencido al mundo: nuestra fe. 
¿Y quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?

¿Qué es lo que vence al MUNDO?
¿Nuestra
…fortaleza?
…inteligencia?
…audacia?
…poder?
…riqueza?
…dinero?

NADA de eso…
NADA nuestro puede vencer al MUNDO.

Sólo la FE… en JESUCRISTO, en JESÚS el CRISTO, en Jesús el MESIAS.
La FE de un niño.
La FE pequeña como un grano de mostaza…
Si nacimos de nuevo en Cristo, si estamos en Cristo, entonces dice el Señor, que somos los que VENCEMOS al MUNDO.
VENCEMOS A LA MALDAD que nos rodea.

LA VICTORIA DE CRISTO sobre el PECADO, sobre SATANÁS y sobre LA MUERTE… ES NUESTRA VICTORIA.

Pero lo debemos creer como un niño.
Sólo CREER lo que Dios dice.
Porque Él tiene TODA LA AUTORIDAD PARA DECIR LO QUE ES y LO QUE NO ES.

Y Dios dice QUE SOMOS LOS QUE VENCEMOS AL MUNDO.

Pero la FE no es algo PASIVO.
NO PUEDO DECIR QUE CREO EN ALGO Y NO HACER NADA…

La FE se demuestra por nuestras acciones.
Nuestra vida, lo que hacemos, demuestra lo que creemos.

Si decimos que tenemos Fe en Dios, que CREEMOS lo que Dios dice, pero nuestra vida dice otra cosa… nuestras acciones, nuestras reacciones, nuestras palabras, nuestros pensamientos, van en otra dirección…

O CAMBIAMOS DE FE O CAMBIAMOS DE DIRECCIÓN.

O CAMBIAMOS DE FE O CAMBIAMOS DE VIDA.

Hace unas semanas, me llamó mucho la atención un vs. muy conocido del SALMO 27

SALMOS 27.4
Una cosa he pedido al Señor, y esa buscaré: Que habite yo en la casa del Señor todos los días de mi vida, para contemplar la hermosura del Señor y para meditar en Su templo.

¿Cuántas veces hemos pedido algo similar al Señor?
“Señor… yo quiero seguirte… yo quiero mantenerme sin pecar… yo quiero servirte… yo quiero ser útil en tus manos… yo quiero …

Y por supuesto que está muy bien este tipo de oraciones…

Pero al leer este vs. una vez más… Dios me dijo… “no es sólo pedir… es también ser intencional y hacer conforme a lo que pido”…

David le dice al Señor..
Una cosa he pedido al Señor, y esa buscaré:

No sólo le pidió… sino que también, fue intencional y declaró… “y esa buscaré”

No sólo le dijo: “quiero estar en tu presencia todos los días…” sino que también, fue y accionó… y buscó, y se hizo un espacio en su agenda… y buscó la forma… de estar todos los días en la presencia de Dios.

Esta es la manera en que nuestra FE crece y se fortalece…
Esta es la manera en que conocemos más a Dios, su Palabra, su Voluntad… y nuestra FE madura, para poder enfrentar todos los días al MUNDO y vencerlo.

NO ES MAGIA.
NO ES DE UN DÍA PARA OTRO.

Es buscar a nuestro Señor, todos los días, enamorarnos de Él, dejar que Él sea nuestro Señor, nuestro guía, nuestro Maestro, nuestro Proveedor…
Confiar en Él como un niño confía en su padre…
Una Fe sencilla.
Una Fe que busca, lee y cree.
Sencillamente. CREE.

Y Dios recompensará abundantemente esta FE.