1 JUAN 1.5–10 5 Y este es el mensaje que hemos oído de Él y que les anunciamos: Dios es Luz, y en Él no hay ninguna tiniebla. 6 Si decimos que tenemos comunión con Él, pero andamos en tinieblas, mentimos y no practicamos la verdad. 7 Pero si andamos en la Luz, como Él está en la Luz, tenemos comunión los unos con los otros, y la sangre de Jesús Su Hijo nos limpia de todo pecado. 8 Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos y la verdad no está en nosotros. 9 Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonarnos los pecados y para limpiarnos de toda maldad. 10 Si decimos que no hemos pecado, lo hacemos a Él mentiroso y Su palabra no está en nosotros.
Cuando vivíamos lejos de Dios, ajenos de lo que Él quiere, como lo expresan las Sagradas Escrituras: en Tinieblas, o en el reino de las Tinieblas… nuestra conciencia, dice la Palabra de Dios, estaba “cauterizada”, insensible…
¿CAUTERIZADA o INSENSIBLE a qué?
Sin sensibilidad para poder apreciar la voz de Dios, su voluntad, lo que a Él le agrada.
Otra figura que se utiliza en las Sagradas Escrituras es la DUREZA de CORAZÓN o un CORAZÓN DE PIEDRA (Ezequiel 11.19).
Esto significa que vivíamos nuestra vida, lejos de Dios, viviendo en pecado, haciendo lo que a Dios no le agrada, pero sin tener conciencia real del pecado.
Y esta vida de pecado, nos endurecía cada vez más…
PERO cuando Dios llegó a nosotros, nuestro corazón fue cambiado, y ahora vive en nosotros su Espíritu Santo, por lo cual, hay una sensibilidad especial para con Dios, para con su Voluntad.
El mismo Espíritu de Cristo que está en nosotros, nos incita a volver a Dios, si es que hemos hecho algo que a Dios no le agrada…
Aquí en estos versículos de 1 JUAN, el apóstol, siguiendo con el concepto de COMUNIÓN, que vimos la semana pasada, nos expresa claramente, que hay una diferencia entre las Tinieblas y la Luz, entre VIVIR lejos de Dios y VIVIR EN COMUNIÓN CON DIOS.
Los que viven en Tinieblas, no tienen idea de por dónde están pisando.
Vivir en Tinieblas es vivir, en un mundo OPACO, SIN VIDA, TODO TEÑIDO DEL MISMO COLOR, APAGADO, DONDE TODO ES IGUAL, DONDE TODO DA LO MISMO…
Como dice la letra del Tango “CAMBALACHE”:
Hoy resulta que es lo mismo ser derecho que traidor, ignorante, sabio, chorro generoso o estafador… ¡Todo es igual! ¡Nada es mejor! Lo mismo un burro que un gran profesor. No hay aplazaos ni escalafón, los ignorantes nos han igualao. Si uno vive en la impostura y otro roba en su ambición, da lo mismo que sea cura, colchonero, Rey de Bastos, caradura o polizón.
MUY DISTINTO, en cambio, es VIVIR EN LA LUZ.
Es decir VIVIR EN DIOS, vivir en COMUNIÓN con Dios…
Es que cuando venimos a Dios, toda nuestra existencia es ILUMINADA por la LUZ de Dios.
Ahora todo cambió, vemos las cosas de otra manera, con otro color…
Ya no todo es igual. No es lo mismo ser mentiroso o decir la verdad…
Comenzamos a ver las diferencias…
Por la Gracia de Dios, nuestros ojos espirituales han sido alumbrados y comenzamos a notar que muchas de nuestras acciones, de nuestros pensamientos, de nuestros deseos… estaban muy lejos de Dios…
Y este proceso de ILUMINACIÓN, es lo que Dios llama SANTIFICACIÓN.
5 Y este es el mensaje que hemos oído de Él y que les anunciamos: Dios es Luz, y en Él no hay ninguna tiniebla. 6 Si decimos que tenemos comunión con Él, pero andamos en tinieblas, mentimos y no practicamos la verdad. 7 Pero si andamos en la Luz, como Él está en la Luz, tenemos comunión los unos con los otros, y la sangre de Jesús Su Hijo nos limpia de todo pecado.
PERO SI ANDAMOS EN LA LUZ…
Vivir en la LUZ, es decir vivir en COMUNIÓN con Dios, es hacer todo lo que tiene que ver con nuestra existencia, conscientes de que SOMOS HIJOS DE DIOS, conscientes de que DIOS está con nosotros en todo momento y en todo lugar.
Y cuando vivimos de esta manera, su LUZ nos alumbra… es decir nos muestra las cosas como realmente son.
Su LUZ es tan poderosa, que poco a poco nos va mostrando todo lo que está fuera de lugar, todo lo que está equivocado, todo lo que está mal…
Es un PROCESO… es decir, no pasa de un día para otro…
Es un PROCESO donde Dios poco a poco va corriendo la cortina que tapaba la luz, y ahora a medida que esta cortina es corrida, vamos recibiendo REVELACIÓN, es decir vamos viendo, vamos entendiendo lo que Dios quiere…
Y dejame decirte esto: “LO QUE DIOS QUIERE, SU VOLUNTAD, ES CONTRARIA A LO QUE NUESTRA CARNE QUIERE”.
Y este proceso de REVELACIÓN lo hace Dios mismo.
Su Espíritu Santo, que vive en nosotros, nos abre el entendimiento espiritual, y ahora podemos DISCERNIR, es decir separar lo bueno de lo malo, lo que a Dios le agrada y lo que a Dios no le agrada.
Pero para que esto pase, para que este proceso se realice, es primordial, vivir en COMUNIÓN con Dios y con su cuerpo, la iglesia:
7 Pero si andamos en la Luz, como Él está en la Luz, tenemos comunión los unos con los otros, y la sangre de Jesús Su Hijo nos limpia de todo pecado.
TODOS PECAMOS. TODOS LOS DÍAS.
Si alguno dice, yo no necesito confesar ningún pecado, porque Dios ya me perdonó todos los pecados… NO ES PRECISAMENTE lo que dice aquí su Palabra.
TODOS NECESITAMOS este proceso de SANTIFICACIÓN…
TODOS NECESITAMOS experimentar cada día, la VICTORIA DE CRISTO, sobre el pecado, a través de su PERDÓN y LIMPIEZA.
¿Y cómo es esto?
Cuando vivimos en COMUNIÓN con Dios, su Espíritu Santo nos indica AMOROSAMENTE en qué nos hemos equivocado…
Tal vez no nos dimos cuenta… pero en nuestro interior aparece un sentimiento que no sabemos de donde viene… hay algo que antes no estaba…
Estamos incómodos, y si nos detenemos un poco, y le preguntamos a Dios que es lo que nos pasa, Dios por medio de su Espíritu, nos hará entender que es lo que estuvo mal…
Esto es la REVELACIÓN.
Obviamente que a ninguno de nosotros nos gusta cuando somos confrontados con nuestro error, con nuestra equivocación…
Pero cuando Dios lo hace, Él es tan amoroso, que podemos recibirlo y entenderlo.
Pero ahí no termina todo… porque cuando Dios nos muestra lo que está fuera de lugar, lo hace para que lo volvamos a poner en el lugar correcto…
De nada sirve si vemos que algo está mal, aceptamos que está mal, pero no lo corregimos, o hacemos lo que tenemos que hacer para que vuelva a estar bien.
9 Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonarnos los pecados y para limpiarnos de toda maldad.
CONFESAR significa decir lo mismo que Dios dice de algo…
Es decir si Dios dice que esto o aquello está mal… yo tengo que decir lo mismo con todo mi corazón.
Esto implica, no sólo aceptar lo que Dios dice, sino también tiene que pasar a formar parte de lo que yo digo.
Y cuando lo acepto como tal, entonces no me queda otra opción que pedir que Dios me perdone… porque entiendo que lo que hice, o pensé, ofende a Dios…
Entonces, la GRACIA de Dios opera en ese instante para PERDONAR mi pecado y LIMPIARME de toda maldad.
Y que maravilloso es SENTIRSE PERDONADO!
David lo expresó de esta manera:
Salmo 32 1 ¡Cuán bienaventurado es aquel cuya transgresión es perdonada, Cuyo pecado es cubierto! 2 ¡Cuán bienaventurado es el hombre a quien el Señor no culpa de iniquidad, Y en cuyo espíritu no hay engaño! 3 Mientras callé mi pecado, mi cuerpo se consumió Con mi gemir durante todo el día. 4 Porque día y noche Tu mano pesaba sobre mí; Mi vitalidad se desvanecía con el calor del verano. (Selah) 5 Te manifesté mi pecado, Y no encubrí mi iniquidad. Dije: «Confesaré mis transgresiones al Señor»; Y Tú perdonaste la culpa de mi pecado. (Selah) 6 Por eso, que todo santo ore a Ti en el tiempo en que puedas ser hallado; Ciertamente, en la inundación de muchas aguas, no llegarán estas a él. 7 Tú eres mi escondedero; de la angustia me preservarás; Con cánticos de liberación me rodearás. (Selah) 8 Yo te haré saber y te enseñaré el camino en que debes andar; Te aconsejaré con Mis ojos puestos en ti. 9 No seas como el caballo o como el mulo, que no tienen entendimiento; Cuyos arreos incluyen brida y freno para sujetarlos, Porque si no, no se acercan a ti. 10 Muchos son los dolores del impío, Pero al que confía en el Señor, la misericordia lo rodeará. 11 Alégrense en el Señor y regocíjense, justos; Den voces de júbilo todos ustedes, los rectos de corazón.
Queridos hermanos!!!
Todos necesitamos vivir PERDONADOS…
El PECADO NOS SEPARA DE DIOS, ENDURECE NUESTRO CORAZÓN, NOS QUITA SENSIBILIDAD A LA VOZ DE DIOS…
Pero la SANGRE DE CRISTO, nos RECONCILIA con EL… SOMOS PERDONADOS, SOMOS LIMPIADOS, SANTIFICADOS, VOLVEMOS A ESTAR EN PAZ CON DIOS, NADA NOS SEPARA, VOLVEMOS A LA COMUNIÓN CON EL y con su CUERPO.
NO PERMITAMOS QUE EL PECADO HAGA SU OBRA…
ESTEMOS ATENTOS.
SU GRACIA ESTÁ AL ALCANCE DE TODOS A CADA MOMENTO.
NO PIERDAS TIEMPO.
VIVAMOS EN SU PERDÓN…