Este jueves, en el grupo que tenemos en casa, terminamos de leer y meditar en la Carta de Pablo a Tito.
Son sólo 3 capítulos.
Pero me llamó muchísimo la atención, que en tan sólo 3 capítulos, el apóstol Pablo le halla hecho tanto hincapié en las buenas obras.
Creo que todos tenemos claro, que la Salvación que Dios nos ofrece no es por nuestras buenas obras.
También el apóstol lo deja bien en claro en esta carta, en el capítulo 3.5
TITO 3.5 /NBLA Él nos salvó, no por las obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino conforme a Su misericordia, por medio del lavamiento de la regeneración y la renovación por el Espíritu Santo,
NO SOMOS SALVOS POR NUESTRAS OBRAS.
Pero aún así, es evidente que lo que hacemos, nuestras acciones, o como dice aquí, nuestras obras, algo tienen para decir…
Para entrar un poco en contexto, cuando Pablo le escribe a Tito, este estaba en la isla de Creta.
Y lo había dejado allí para, como dice:
TITO 1.5 /NBLA
Por esta causa te dejé en Creta, para que pusieras en orden lo que queda, y designaras ancianos en cada ciudad como te mandé.
Qué era lo que tenía que poner en orden… no lo sabemos con exactitud.
Pero aún así, al leer esta carta, podemos darnos cuenta como era la cultura, la sociedad, las personas, en medio de las cuales estaba la comunidad de discípulos.
Citando a un poeta de la isla, Pablo le recuerda a Tito:
TITO 1.12 /TLA Fue uno de los propios profetas de Creta el que dijo: «Esa gente de Creta es mentirosa, glotona y perezosa. Se portan como animales salvajes.»
¡Qué manera de describir a un pueblo!
Uno podría decir: “…es un poco exagerado… se le fue la mano…”
Pero Pablo reafirma… “esto que dicen es verdadero”.
La decadencia moral de la cultura cretense era notable.
Es en este contexto social y cultural que el apóstol Pablo le escribe a Tito y como dije al principio, en tan “2 hojas”, le insiste sobre las buenas obras…
En 7 oportunidades, expresa la frase: “buena obra” u “obra de justicia”.
Sinceramente esto me hizo pensar.
CUANDO UNA PERSONA RECONOCE A JESUCRISTO COMO SU SEÑOR Y SALVADOR, HAY UN CAMBIO VISIBLE.
Nuestras acciones, cambian.
Pero cambian no porque tengamos mayor fuerza de voluntad.
NO.
Nuestras acciones… el como vivimos… cambia, porque Cristo viene a vivir en nuestras vidas.
Es Cristo en nosotros, el PODER sobrenatural que hace posible que nuestra vida cambie.
Esperamos que los otros cambien.
Que la sociedad cambie.
Que el gobierno cambie.
Que mi jefe cambie.
Que mi compañero de trabajo cambie.
Que mis padres cambien.
Que mis hermanos cambien…
Pero Cristo viene y nos dice… “VOS TENÉS QUE CAMBIAR”
No podemos pretender que los otros cambien, cuando somos nosotros los que hemos recibido la LUZ de Cristo.
Al meditar en todo esto, recordé el siguiente pasaje de Efesios 2
EFESIOS 2.1-10 1 Y Él les dio vida a ustedes, que estaban muertos en sus delitos y pecados, 2 en los cuales anduvieron en otro tiempo según la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia. 3 Entre ellos también todos nosotros en otro tiempo vivíamos en las pasiones de nuestra carne, satisfaciendo los deseos de la carne y de la mente, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás. 4 Pero Dios, que es rico en misericordia, por causa del gran amor con que nos amó, 5 aun cuando estábamos muertos en nuestros delitos, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia ustedes han sido salvados), … 8 Porque por gracia ustedes han sido salvados por medio de la fe, y esto no procede de ustedes, sino que es don de Dios; 9 no por obras, para que nadie se gloríe. 10 Porque somos hechura Suya, creados en Cristo Jesús para hacer buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviéramos en ellas.
Cuando viviamos sin Cristo, creíamos que estabamos vivos, pero la realidad era que estábamos muertos.
Muertos vivientes.
Muertos en nuestros delitos y pecados.
Viviamos de acuerdo a la voluntad del “principe de la potestad del aire”…
Viviamos en el reino de Satanás. Y haciamos lo que el queria.
Viviamos en desobediencia.
Viviamos satisfaciendo nuestros deseos, nuestras pasiones “animales”…
Pero Cristo, por su gran Amor, por su gran Misericordia, aún cuando estábamos muertos, nos dió VIDA juntamente con ÉL.
Y nos SALVÓ, por gracia.
Porque por gracia ustedes han sido salvados por medio de la fe, y esto no procede de ustedes, sino que es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe.
¡QUE MARAVILLOSO, QUE HERMOSO ES EL SEÑOR!
SU AMOR, SU GRACIA, SU MISERICORDIA, SU FAVOR, SU REGALO…
NO SABEMOS COMO EXPRESAR NUESTRA GRATITUD!
Y LO ÚNICO QUE NOS SALE ES ¡GRACIAS!
UNA Y MIL VECES… ¡GRACIAS!
Pero que tiene que ver esto con el tema de TITO y la insistencia de Pablo en cuanto a las BUENAS OBRAS…
Vayamos a los vss. 8 al 10
8 Porque por gracia ustedes han sido salvados por medio de la fe, y esto no procede de ustedes, sino que es don de Dios; 9 no por obras, para que nadie se gloríe. 10 Porque somos hechura Suya, creados en Cristo Jesús para hacer buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviéramos en ellas.
Aquí hay un juego de palabras que Pablo hace y que es muy interesante.
Pablo dice: “USTEDES NO SON SALVOS POR LAS OBRAS”, pero “HAN SIDO SALVADOS PARA HACER BUENAS OBRAS”.
En otras palabras, lo que Pablo les está diciendo y lo que los Efesios entendieron al leer este pasaje es:
“LA SALVACIÓN, LA NUEVA VIDA QUE USTEDES HAN RECIBIDO DE PARTE DE DIOS NO TIENE NADA QUE VER CON SUS OBRAS.
ES SÓLO POR EL FAVOR DE DIOS.
ES UN REGALO QUE DIOS LES DIÓ.
ESTE REGALO ES UNA NUEVA VIDA.
CADA UNO DE USTEDES SON UNA OBRA DE ARTE QUE DIOS HIZO PERSONALMENTE CON SUS PROPIAS MANOS.
Y LOS CREÓ DE ESTA MANERA PARA QUE DE AHORA EN MÁS VIVAN, HACIENDO LA OBRAS DE DIOS…”
Dios nos salvó para que vivamos haciendo las buenas obras de Dios.
Pero que son estas buenas obras de Dios.
Son las acciones que hacemos todos los días, cumpliendo con la voluntad de Dios.
Son las acciones que el Espíritu Santo nos inspira a realizar.
Son también las acciones que están de acuerdo a la voluntad de Dios.
Desde levantar un papel que está tirado en el piso del comedor, hasta orar por un compañero de trabajo que está con necesidad.
Es dejar de pensar en mí y mirar por los otros.
Es entender que tenemos la oportunidad de embellecer nuestro mundo por medio de las “obras de arte” que Dios nos preparó para hacer… todos los días.
Que tal si comenzamos a ver lo que hacemos todos los días, como un lugar, una ocasión, una posibilidad de expresar el GRAN AMOR DE DIOS para con los otros.
Nuestro mundo no va a cambiar, si nosotros no hacemos lo que tenemos que hacer.
No es responsabilidad de los otros.
Cada uno de nosotros somos los responsables de que esto cambie.
Pablo le insistió a TITO
TITO 3.8 /NBLA Palabra fiel es esta; y en cuanto a estas cosas quiero que hables con firmeza, para que los que han creído en Dios procuren ocuparse en buenas obras. Estas cosas son buenas y útiles para los hombres.
“Tito, hablá con firmeza de estas cosas. Los hermanos deben ocuparse en las buenas obras. Porque esto es útil para todos…”
Si nos ocupamos de las buenas obras, no vamos a ocuparnos de las malas obras.
El seguir a Cristo no es dejar de hacer lo malo…
Seguir a Cristo es ocuparme de hacer lo bueno…
Y como consecuencia, no voy a tener lugar para ocuparme de otra cosa…
Y si mi ocupo de lo bueno, significa que estoy poniendo por obra lo que Dios dice… y si lo pongo por obra, si lo hago, entonces esto va a transformar mi vida.
Y antes de terminar la carta, otra vez…
TITO 3.14 /NBLA Y que los nuestros aprendan a ocuparse en buenas obras, atendiendo a las necesidades apremiantes, para que no estén sin fruto.
Dios nos salvó por Gracia, no por nuestras obras, pero lo hizo para que vivamos en sus Buenas Obras y llevemos fruto.
Colosenses 1:9-12 /NBLA 9 Por esta razón, también nosotros, desde el día que lo supimos, no hemos cesado de orar por ustedes, pidiendo que sean llenos del conocimiento de Su voluntad en toda sabiduría y comprensión espiritual, 10 para que anden como es digno del Señor, haciendo en todo, lo que le agrada, dando fruto en toda buena obra y creciendo en el conocimiento de Dios. 11 Rogamos que ustedes sean fortalecidos con todo poder según la potencia de Su gloria, para obtener toda perseverancia y paciencia, con gozo 12 dando gracias al Padre que nos ha capacitado para compartir la herencia de los santos en la Luz.