A CARA LAVADA

En más de una oportunidad hemos hablado sobre la Iglesia.

— Que y quienes somos.

— Porqué somos iglesia.

—Y para qué somos iglesia.

Las respuetas a estas preguntas nos indican como debe ser nuestra forma de vivir.

Podriamos definir que la Iglesia de Cristo, somos los que hemos sido llamados por Jesucristo a seguirlo, reconociéndolo como nuestro Señor y Dueño, quién murió en nuestro lugar y a nuestro favor.

Al reconocer esto, y creer en lo que él hizo en la cruz por nosotros y resucitar de la muerte al tercer día, Jesús el Cristo, se convierte en nuestro Salvador.

Aquel que vino a este mundo, se hizo hombre y nos Salvo de la muerte eterna.

Ahora, le seguimos por amor, queriendo cumplir su voluntad y somos guiados por su Espíritu Santo, hasta que Él vuelva a buscarnos.

En este camino que hemos emprendido, vamos siendo transformados, para ser cada día más parecidos a Cristo.

Una de las formas en las que opera esta TRANSFORMACIÓN es por medio de la SANIDAD.

Creemos y somos testigos de la sanidad física que Dios opera en los que creen.

Pero hoy quiero puntualizar una SANIDAD que todos necesitamos.

Una SANIDAD que es más profunda que la sanidad física.

Todo TRAUMA es una lesión o un daño.

Pueden ser traumas físicos o traumas del alma.

El pecado nos enfermó, nos causó traumas.

Es una enfermedad mortal, de la cual Cristo nos libró!!!

Pero aún así, muchos de sus efectos, de sus traumas siguen afectando nuestra vida.

Nuestras emociones, nuestros pensamientos, nuestra auto-imagen, nuestros traumas, miedos, temores, fobias, heridas de años, malformaciones emocionales, familiares, etc.

TODOS NECESITAMOS SER LIBRES Y SANOS DE ESTOS TRAUMAS.

TODOS NECESITAMOS LA SANIDAD DEL ALMA.

Y hasta que esto no ocurra, nuestro caminar será dificil, caminaremos cojeando…

JESÚS COMENZÓ SU MINISTERIO DICIENDO:

LUCAS 4.18-19 /RV2020

El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas noticias a los pobres. Me ha enviado para sanar a los quebrantados de corazón, para pregonar libertad a los cautivos, para dar vista a los ciegos, para poner en libertad a los oprimidos y para predicar el año de gracia del Señor.

/TPT

«El Espíritu del Señor está sobre mí, y me ha ungido para ser esperanza para los pobres, sanador para los quebrantados y nuevos ojos para los ciegos, y para predicar a los prisioneros: ‘¡Eres liberado!’ He venido a compartir el mensaje del Jubileo, porque el tiempo de la gran aceptación de Dios ha comenzado».

 

ALELUYA!!!

Jesús vino, enviado por el Padre, para SANAR A LOS QUEBRANTADOS DE CORAZÓN.

No está hablando de los que tienen el “corazón roto por amor”…

Para los que escuchaban lo que Cristo estaba leyendo, el corazón, era el centro de las emociones, de la vida.

Los QUEBRANTADOS DE CORAZÓN son los que tienen las emociones traumadas, rotas, lastimadas, dañadas, enfermas…

Y Cristo vino para SANARNOS.

Y es la Comunidad de Fe, que es la Iglesia, el lugar donde Cristo quiere sanarnos.

Es que muchos de nuestros traumas emocionales, afectan nuestra forma de relacionarnos.

Con nosotros mismos y con los otros… con el otro, con el prójimo.

Y es por esto que la familia de Dios es el lugar adecuado para que Cristo nos sane.

TODOS ESTAMOS SIENDO SANADOS.

Aquí no hay nadie que esté completamente SANO.

Seguiremos en este proceso de SANIDAD hasta que el Señor venga a buscarnos.

¡Que bueno es saber que estamos en el lugar que Dios ideo para que seamos SANOS!

El quiere sanarnos y es por esto que nos injertó en su familia.

Ahora somos parte de su Comunidad sanadora.

Y es fundamental que todos sepamos donde estamos y para que estamos.

Ninguno de nosotros puede atribuirse el papel de médico, de profesional de la salud emocional, porque todos estamos bajo el tratamiento del único médico del alma: JESUCRISTO.

Podemos ayudar, guiar, aconsejar en lo que ya hemos sido sanados, pero siempre indicando la prescripción médica del ÚNICO MÉDICO DEL ALMA.

Dios quiere sanarnos.

Pero aún frente al poder de Dios, hay situaciones que impiden esta sanidad.

¿Como puede ser esto?

¿Frente al poder de Dios?

SI.

Lamentablemente Sí.

Permítanme expresarlo así:

UNO DE LOS MAYORES IMPEDIMENTOS PARA SER SANADOS DE LOS TRAUMAS DE NUESTRA ALMA, ES EL MAQUILLAJE.

¿QUÉ? 

Estudiando un poco sobre el MAQUILLAJE. 

Aprendí, que la palabra maquillar o maquillaje proviene del germánico antiguo, concretamente de la palabra “makar”, que significa “modelar”.

De aquí deriva en la francesa “ maquillage (maqui-iash) ”, que se utilizaba para designar el maquillado de los actores y actrices que trabajaban en el teatro.

Por esto podriamos decir que en su origen la palabra MAQUILLAR significaba “ modelarse o esculpirse una nueva cara ” 

MAQUILLAR: Modificar la apariencia de algo para disimular su verdadera naturaleza.

Es por esto que decía que nuestro MAQUILLAJE es uno de los mayores impedimentos que Dios tiene para sanarnos el alma.

A través de los años nos hemos convertido en expertos en maquillarnos.

Expertos en ocultar lo que somos.

Expertos en tapar nuestras debilidades, nuestros errores.

Claro que lo hemos hecho por temor, por miedo a ser rechazados, a no ser incluídos.

Temor a no poder ser parte.

Temores que nos han llevado a “modelar una nueva apariencia”.

Hemos construído un nuevo “YO”.

Y tal vez esto nos ha servido por un tiempo… pero la verdad es que: TAPAR NO ES SANAR.

Por el contrario, el ocultar ha permitido que lo que estaba enfermo, siga creciendo, siga enfermando.

En las Sagradas Escrituras, se utiliza una palabra de origen griego, que podriamos decir se utilizaba para describir algo muy similar, que la palabra MAQUILLAJE…  

HIPOCRESÍA: Del griego “hypókrisis” que significa “la actuación de un actor en el teatro”. 

Es la simulación o el fingir un personaje, un papel, para hacerse pasar por otra persona.

Proverbios 11:3 /NVI

A los justos los guía su integridad; a los falsos los destruye su hipocresía.

 

Aquí Proverbios describe 2 FORMAS DE VIVIR.

LA INTEGRIDAD y LA HIPOCRESÍA.

Ser íntegro, es ser de una pieza. Es mostrarse tal cual somos. Es el que tiene una sola cara. El íntegro es el que no oculta otra cara.

Por el contrario, el hipócrita es el que tiene una máscara. El que finge un personaje. El que se hace pasar por alguien que no es.

Y el remate de este proverbio es que EL OCULTAR DESTRUYE A LA PERSONA.

Aunque estemos en el lugar adecuado para ser sanados, si ocultamos nos destruiremos.

Aunque estemos en el lugar donde Dios quiere sanarte, que es la iglesia, la comunidad de fe, la comunidad de Amor, si OCULTO, si me “maquillo” para que los otros me acepten y no muestro mis defectos para que sea sanado, al pasar el tiempo, lo que oculto, se convertirá en un gran problema que puede sacarme del camino…

LA PREGUNTA ES ¿POR QUÉ NOS MAQUILLAMOS, OCULTANDO LO QUE SOMOS?

Creo que es por temor al rechazo, al desprecio. Por temor a no ser aceptados.

Frente a esto necesitamos creer que Dios nos ha aceptado y nos ha adoptado por Amor en Cristo.

EFESIOS 1.4-6 /RV2020

4 Dios nos escogió en Cristo antes de la fundación del mundo, para que fuéramos santos y sin mancha delante de él. Por su amor 5 nos predestinó para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, porque así lo quiso, 6 para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado.

 

Dios te amó, te ama y te amará.

El nos ama y es por esto que envió a su único hijo para SALVARNOS, para SANARNOS.

En CRISTO somos ACEPTADOS y en Él somos ADOPTADOS como hijos.

El Dios SANTO, nos hizo sus hijos!!!

SI CREEMOS ESTO, NO HAY FORMA DE QUE SIGAMOS TENIENDO TEMOR AL RECHAZO.

No tenemos que demostrar nada.

No tenemos que aparentar nada.

Dios nos ama.

 

Y otro de los porqué nos OCULTAMOS detras de un personaje, y no queremos que nos conozcan a CARA LAVADA… es por no quere perder.

Tal vez creemos que por mostrarnos tal cual somos, y que necesitamos ser sanados, vamos a perder aceptación, vamos a perder amigos, vamos a perder hermanos, relaciones, posición, status…

Miedo a perder…

Pero nos olvidamos lo que Jesús dijo:

Mateo 16:25 /NVI

Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por mi causa, la encontrará.

 

SI o SI, va a existir una PÉRDIDA.

El punto es cuando queremos que esa PÉRDIDA ocurra.

Para lo cual también debemos tener en claro lo que esa PÉRDIDA va a provocar.

Si hoy queremos salvarnos por nuestros propios medios… la PÉRDIDA ocurrirá al final de nuestros días… y será una pérdida eterna… 

Pero si por el contrario, aceptamos lo que Dios quiere para nosotros, perdiendo nuestra máscara, la vida que hemos construído nosotros… entonces, seremos sanados y lo que nos parecía una gran pérdida se convertirá en una gran ganancia.

¿QUÉ VAMOS A HACER?

Seguiremos tapando, ocultando…

O por el contrario, nos quitaremos el maquillaje, las máscaras y a cara lavada permitiremos que Dios nos sane y nos transforme…

2 CORINTIOS 3.17-18  /RV2020

17 Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad. 18 Por lo tanto, todos nosotros, contemplando a cara descubierta la gloria del Señor, como reflejada en un espejo, somos transformados de gloria en gloria en su misma imagen, por la acción del Espíritu del Señor.