EL REGALO DE LA SED

El domingo pasado meditábamos sobre el pasaje de Zacarías 4 y la necesidad que tenemos de estar conectados de una manera constante al Espíritu de Dios para que su Presencia fluya continuamente a través de nuestras vidas…

Y también deciamos que los miércoles comenzamos los encuentros de oración con el propósito de buscar a Dios y clamar por su manifestación, por su presencia, por su intervención poderosa en nosotros.

Necesitamos más de Él. Más de su Espíritu. Más de su Presencia.

Y hace ya unos meses… que hay un tema rondando en mi corazón… y que en estas últimas semanas ha vuelto…

Y es el tema del DOLOR.

Sé que es un tema que no es muy popular.

A nadie le gusta hablar del DOLOR.

Cuando más lejos esté… mejor…

Parece que queremos aplicar el dicho popular: “Ojos que no ven, corazón que no siente…”

Y entonces consciente o inconscientemente tratamos de no hablar del DOLOR como si de este manera dejaría de existir.

Pero el DOLOR está. 

Sigue estando. 

Y seguramente mientras estemos en este mundo, seguirá estando.

El DOLOR es parte de vivir en este mundo caído. Un mundo que no sólo está lejos de Dios, sino que cada vez estará más lejos de ÉL.

Y porqué hoy traigo el tema del DOLOR… porque creo que es en medio del DOLOR, que los seres humanos buscamos a Dios.

Es cuando nos encontramos frente e frente con la realidad de nuestra humanidad que nos damos cuenta que necesitamos algo más GRANDE y más PODEROSO que nosostros mismos.

Es en medio de nuestra fragilidad que nos damos cuenta que necesitamos UN SALVADOR.

Jesús lo expresó de esta manera:

JUAN 16.33 /NBLA

Estas cosas les he hablado para que en Mí tengan paz.
En el mundo tienen tribulación; pero confíen, Yo he vencido al mundo.

/TPT

Todo lo que les he enseñado es para que la paz que está en mí esté en ustedes y les dé una gran confianza mientras descansan en mí.
Porque en este mundo incrédulo experimentarán problemas y dolores, pero ¡anímense! porque yo he vencido al mundo!”

De alguna manera el DOLOR, las AFLICCIONES, los PROBLEMAS, son el “disparador”, de una BÚSQUEDA.

Es posible que cuantos más recursos humanos tengamos, más se retrase esta BÚSQUEDA…

Pero al fin, todos los recursos del ser humano, se agotan.

Cómo alguien dijo alguna vez: “Cuando un avión está en emergencia y es posible que se estrelle, en ese mismo momento, desaparecen los incrédulos…”

Frente a lo irremediable, a lo que no tiene solución según nuestros recursos, frente a lo irreparable, todo lo nuestro se acaba y nos encontramos como el autor del SALMO 121 diciendo: 

Alzaré mis ojos a los montes.
¿De dónde vendrá mi socorro?

Una de las consecuencias de nuestra naturaleza caída, es ser AUTOSUFICIENTES e INDEPENDIENTES de DIOS.

Creemos que no necesitamos a Dios.

Y entonces, Dios permite ciertas circunstancias. 

Que no son provocadas por Él. 

Sino que son consecuencias de este mundo caído, donde el PECADO lo ha contaminado TODO.

Y Dios permite que transitemos esos lugares… para que al fin y al cabo nos demos cuenta que necesitamos SOCORRO.

Que necesitamos a Dios en nuestras vidas!!!

Hay un pasaje del Salmo 32 que hace muchos años lo tengo en “mi repertorio”…

Salmos 32:8-9 /NBLA

8 Yo te haré saber y te enseñaré el camino en que debes andar;
Te aconsejaré con Mis ojos puestos en ti.
9 No seas como el caballo o como el mulo, que no tienen entendimiento;
Cuyos arreos incluyen brida y freno para sujetarlos,
Porque si no, no se acercan a ti.

Dios quiere ser nuestro guía. Quiere aconsejarnos, enseñarnos, edificarnos, hacernos cada día más parecidos a Jesús…

Para lo cual debemos acercarnos a Él. Vivir en constante dependencia de Él y de su Espíritu.

Y Él quiere que nos acerquemos voluntariamente… 

Pero, evidentemente somos más parecidos a los caballos o mulas sin entendimiento… de lo que nos imaginamos…

Entonces el Señor, por Amor, permite que transitemos ciertos caminos, para que aceptemos “su brida y su freno” … es decir para que nos demos cuenta de nuestra necesidad de su Vida. 

Si no experimentaríamos SED, nunca tomaríamos AGUA.

Entonces, permítanme decirlo de esta manera:

La SED es un regalo de Dios para nuestra humanidad.

Si no tendríamos SED, nos deshidratariamos y las consecuencias son terribles…

•Boca seca o pegajosa o lengua hinchada
•Fatiga o debilidad
•Irritabilidad
•Mareos o vahídos
•Náuseas y vómitos
•Dolores de cabeza
•Sequedad de la piel
•Pérdida de peso
•Sed extrema
•Presión arterial baja
•Fiebre
•Latidos cardíacos rápidos
•Ojos hundidos
•Incapacidad para sudar
•Incapacidad para producir lágrimas
•Desorientación o confusión

De la misma manera, Dios permite que transitemos por caminos difíciles, con problemas y dificultados, para que experimentemos SED de Dios.

Juan 7:37-39 /NBLA

37 En el último día, el gran día de la fiesta, Jesús puesto en pie, exclamó en alta voz: «Si alguien tiene sed, que venga a Mí y beba.
38 El que cree en Mí, como ha dicho la Escritura: “De lo más profundo de su ser brotarán ríos de agua viva”».
39 Pero Él decía esto del Espíritu, que los que habían creído en Él habían de recibir; porque el Espíritu no había sido dado todavía, pues Jesús aún no había sido glorificado.

Es Dios quién quiere saciar la SED.

Podemos tratar de saciarla con toda clase de bebidas…

Pero al fin y al cabo… ninguna saciará la SED.

En el fondo de todo. 

La SED sólo se sacia con AGUA.

Sólo lo que proviene de Dios es lo que saciará nuestra SED.

Por otro lado… 

¿Es posible ver el Amor de Dios… en dejarnos transitar por algunos caminos difíciles?

Yo creo que SI.

Dios sabe de nuestra necesidad.

El problema es que nosotros no nos damos cuenta…

Estamos tan “EMBOTADOS” por este mundo que no podemos sentir la necesidad que tenemos de Dios.

Es entonces que por AMOR, DIOS permite ciertas circunstancias para que podamos comenzar a sentir necesidad de ÉL.

El medio hermano de Jesús, SANTIAGO en su carta universal a la iglesia, escribió que debemos sentirnos con sumo gozo, cuando nos hallemos en diversas pruebas o dificultades…

Porque es en esos momentos que nuestra fe es probada… y esto producirá perseverancia y al final madurez…

La pregunta que me hacía es: ¿Para quién es necesario que nuestra fe sea probada?

NO ES PARA DIOS.

Él sabe con absoluta certeza donde estamos parados.

Quienes somos. Cual es nuestra madurez espiritual.

Nuestra fe necesita ser probada para que nosotros nos demos cuenta dondes estamos parados, quienes somos en Cristo y cual es nuesta madurez espiritual…

Y entonces… esto despertará… SED de Dios y por lo tanto, una búsqueda más profunda de Dios, y como consecuencia, Dios se manifestará en nosotros.

Dios nos está buscando. SIEMPRE.

Él siempre quiere estar cerca y guiarnos.

Él siempre quiere ser el que sacie nuestra SED.

Él siempre quiere ser nuestro Padre amado que está cerca de sus hijos y los ayuda.

No desperdiciemos más nuestro tiempo en este mundo.

Que cada situación sea un motivo para buscar más de ÉL.

Demos gracias a Dios cada día por el regalo de la SED espiritual que el puso en nuestros corazones.